Westerwelle recibió ayer en Madrid la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil por su «impronta europeísta» y de eso ha hecho alarde durante un desayuno organizado por el Foro Nueva Economía. El ministro alemán, que dejará el cargo después de que su partido, los liberales, perdiera su representación en el Bundestag en las elecciones de septiembre, ha dicho que «solo juntos podemos hacer valer nuestra voz en el mundo», «los países deben tener claro que la competencia no es entre nosotros sino que debemos competir con el resto del mundo».
Para el ministro germano «hay que ver que los desplazamientos económicos y políticos se producen en el ámbito continental y se producen de forma vertiginosa, por lo que hay que estar muy atentos para actuar en bloque».
«No hay garantía para el bienestar social europeo. Hay que aprovechar la presión de los cambios que nos ofrece la crisis para avanzar en la solidaridad, la consolidación y la competencia». Westerwelle ha destacado el papel del gobierno español que «ha eludido el horizonte de un rescate de sus finanzas públicas y esta cerca de concluir el rescate a la deuda de sus entidades financieras».
El político alemán, solo ha dado su opinión personal en un tema que afecta a su país, el Banco Central Europeo. Ha dicho que «estoy a favor de la labor del BCE aunque sea poco popular en Alemania». Eso sí, ha pedido que la Comisión Europea no entre en los detalles de las políticas nacionales «ha llegado a regular hasta la desaparición de las bombillas». «La Comisión no puede estar formada por 28 comisarios, que tratan todos los temas -todas las instituciones tienen esa tentación- debe dedicarse solo a los temas globales europeos, para el resto están los gobiernos nacionales».
«Es ingenuo pensar que lo que hemos conseguido es irreversible». «Me preocupa muchísimo que las elecciones sean un punto de inflexión mental», ha dicho sobre las elecciones al Parlamento Europeo de 2014. En ese sentido, ha alertado a los grandes partidos, Partido Popular y Partido Socialista -aunque no los ha mencionado- a no caer en el «gran error» de emular a los anti-UE para conseguir más votos. Teme que los anti-europeos tengan más representación «me preocupa mucho, no me gustaría ver que nuestra generación viera que se destroza lo que se ha tardado en construir décadas».
Westerwelle ha dicho que mientras la crisis económica «está venciéndose poco a poco, la política está todavía lejos de resolverse». «Necesitamos más transparencia y más democracia en Europa».
El político alemán ha mostrado en Madrid su sentido del humor. Ha recordado que en su idioma no existe la palabra austeridad, "el problema de la austeridad es que en Alemania como concepto no existe". Este término "es algo diferente y tiene una connotación muy seria" de un gran recorte presupuestario, por eso "nosotros usamos el concepto disciplina fiscal". "Eso es algo que suena como tremendamente positivo en los oídos alemanes". Y ante la avalancha de preguntas de los periodistas se ha defendido diciendo "creo que me han preguntado por todo lo que se puede preguntar sobre la actualidad política y mundial, solo se han dejado Siria e Irán". Cuando le han pedido una valoración de la gran coalición a la que han llegado la CDU y el SPD para formar el nuevo gobierno, ha dicho "quiero evitar la tentación de hablar de la política de mi país". "Lo haré -ha insistido una vez más- cuando sea un hombre libre".