Las alarmas saltaban el pasado 29 de octubre, cuando la Comisión daba el visto bueno a que Reding se incorporara al consejo de administración de la multinacional minera apenas unos meses después de abandonar su cartera de comisaria. «Estamos preocupados por la autorización de este movimiento de puertas giratorias», explicaban este lunes en un comunicado; un visto bueno, que a su juicio, nunca debió haber dado.
Para Olivier Hoedeman, miembro del Observatorio, no hay duda de que «una vez más estamos ante una puerta giratoria entre el colegio de comisarios y las grandes multinacionales». Recuerda que la ex comisaria luxemburguesa ha sido una de las personas que más tiempo ha trabajado en la comisión, por lo que «no es difícil imaginar que sus 15 años como comisaria la convierten en un fichaje ideal para una multinacional como Nyrstar». Y es que consideran que en ese tiempo podría haber tomado decisiones en varios asuntos que podrían afectar directamente a la multinacional, con sede en Europa e intereses en numerosos países europeos y americanos.
Si bien es cierto que la Comisión ha prohibido a Reding ejercer ningún tipo de actividad de Lobby en al menos 18 meses, esta medida tampoco convence al Observatorio, que la considera «insuficiente». Advierten que aunque no ejerza como tal, podría tener la capacidad de aconsejar a sus compañeros de trabajo para sacar el mayor beneficio posible.
Incompatible con su escaño
El Observatorio Corporativo Europeo incluso pone en duda que las funciones como consejera, que Reding asumirá a partir del 1 de enero de 2015, sean compatibles con su actual función como europarlamentaria. Recuerdan que el código de conducta de la Eurocámara entiende que existe un conflicto de intereses «cuando el europarlamentario tenga un interés personal que podría influenciarle en sus decisiones y actuaciones», y entienden por tanto, que las funciones de Viviane Reding en la Comisión de Comercio Internacional podrían interferir con sus funciones en la multinacional minera, y viceversa.
La principal misión del Observatorio Corporativo Europeo es vigilar la influencia de lobbys y empresas en las políticas de la Unión Europea. Llevan años pidiendo a la Comisión una mayor transparencia para aclarar cómo se producen los, cada vez más habituales, movimientos de puertas giratorias, que permiten a antiguos cargos volver a la empresa privada en condiciones ventajosas.
Para evitar conflictos de intereses, recomiendan establecer un periodo de incompatibilidad de al menos tres años antes de que antiguos comisarios acepten puestos en multinacionales. En este caso concreto, desde el Observatorio han tratado de ponerse en contacto con Viviane Reding, pero la ex comisaria ha declinado responder a sus preguntas.