«Viaje a la fotografía contemporánea», Fundación Telefónica
Madrid, hasta el 2 de marzo de 2014
Esta selección de fotografía contemporánea de la Colección Telefónica se centra en un período clave en la historia de esta categoría artística, el período que comprende desde finales de los años setenta a finales de los noventa del s. XX. Unos años de profundo cambio en la forma de concebir el uso de la fotografía en el ámbito artístico y que determinó su incorporación definitiva a los circuitos del arte.
La exposición, con más de 50 fotos, se centra en ese momento de la historia del arte y analiza sus consecuencias. Partiendo de un estado de la cuestión, representado por las obras de Richard Prince, John Baldessari y Sherrie Levine, nos adentramos en la fotografía de los ochenta en un recorrido que se bifurca inicialmente para luego ir mezclándose. Los dos caminos posibles indican las principales referencias que marcan la fotografía de esos años. Por un lado, Jeff Wall y el posmodernismo americano, y por el otro Bernd y HillaBecher con la Escuela de Dusseldorf.
Los Becher marcan el camino a sus alumnos con una relectura de las vanguardias históricas que retoman algunos de los valores de la Nueva Objetividad y, de la fotografía científica, representados por el distanciamiento, la serialización y la sistematicidad. Los alumnos de los Becher integrados en la llamada Escuela de Dusseldorf, adoptan estas pautas de distinta forma, y la mayoría van incorporando el uso del color a su obra, pero la influencia de los maestros es perceptible en todos ellos, al igual que la deducción lógica que sus tipologías imponen: la ruptura de la relación entre la imagen y su objeto. Si algo deja claro la Escuela de Dusseldorf es que la imagen es lo que ves, no un registro de lo real, sino algo producido, en cierto modo, a partir de lo real.
Lógicamente, las ideas de estas dos corrientes mayoritarias han ido permeando al resto de la comunidad artística y, a su vez, han ido evolucionando y mezclándose. De ahí que tras la apertura de la muestra con estas dos tendencias claramente señaladas, el recorrido invite a cruzar de un lado a otro de la sala y a contemplar las ubicaciones intermedias, tanto espacial como conceptualmente, planteando con ello el final de otro de los mitos de la modernidad: el rigor clasificatorio.