Wilders lidera el Partido por la Libertad (PVV), tercera fuerza política en Holanda y socio del gobierno. Según sus cálculos, hay entre 200.000 y 350.000 inmigrantes de la Europa del Este que viven o trabajan en Holanda. En una semana, desde el lanzamiento de la web, dice haber recibido varios miles de denuncias sobre problemas laborales, de convivencia, vivienda o contaminación, en respuesta a preguntas como ¿Le causan molestias los inmigrantes? ¿Ha perdido un puesto de trabajo por un búlgaro, rumano o de otra nacionalidad del Este de Europa?
La propuesta del PVV es recoger y analizar las denuncias y presentar los resultados a l Ministerio de Asuntos Sociales. En Holanda, los ciudadanos polacos tienen ya pleno acceso al mercado de trabajo y búlgaros y rumanos lo tendrán el 1 de enero de 2014, cuestión a la que se oponen los ultraderechistas holandeses, partidarios de mantener las restricciones.
Las embajadas en La Haya de los países directamente afectados han enviado protestas al gobierno en las que señalan que un país fundador de la UE no debe aceptar una incitación así a la discriminación y la xenofobia.
En el Parlamento Europeo, el líder del Partido Popular, Joseph Daul, ha manifestado que esa web «va contra todos los principios europeos de la libertad, porque apunta específicamente a un grupo de gente. Impulsa el odio contra un grupo». Los socialistas han calificado la iniciativa de «estigmatizadora».
La comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, ha difundido un comunicado en la misma línea, en el que afirma que «Se está llamando abiertamente a que la gente sea intolerante. Europa se enfrenta a tiempos difíciles. Sólo va a resolver nuestros problemas por la solidaridad cada vez mayor, y no denunciando conciudadanos.
Reding pide a los holandeses que utilicen el sitio web para manifestarse contra la xenofobia: «Hacemos un llamamiento a todos los ciudadanos de los Países Bajos para que no sigan esta intolerancia. Los ciudadanos deben indicar claramente en la web del PVV que Europa es un sitio de libertad. La intolerancia no tiene lugar en nuestro continente».