El crédito procedente del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF), tendría un vencimiento a tres meses. El MEEF es un fondo de la UE -no de la zona euro- y no tiene que aprobarse necesariamente por unanimidad, basta con una mayoría cualificada. De esta forma lo podrían aprobar 16 países salvando los más reticentes de ambas zonas, como Gran Bretaña o República Checa.
El MEEF, que solo se utiliza en circunstancias excepcionales, sirvió para los rescates de Irlanda y Portugal e implica que se comiencen las reformas inmediatamente.
Este préstamo puente, condicionado a que el Parlamento griego apruebe la nueva petición de rescate, se devolvería de los 85.000 millones de la nueva ayuda que, esta vez, concedería el Fondo de la Eurozona MEDE. Grecia debe pagar al BCE 3.500 millones de euros ahora, y otros 5.000 a mediados de agosto.
A más largo plazo la Comisión Europea ha presentado este miércoles un plan de inversiones de 35.000 millones de euros que tiene que ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo. Estos recursos no son nuevos ya están previstos en los presupuestos de la Unión, pero se aceleraría su concesión.
Los más de 35 mil millones de euros que Grecia podría recibir pertenecientes al periodo de programación 2014-2020 consistirían en 20 mil millones de euros del fondo estructural y de inversión y otros 15 mil millones de euros de fondos agrícolas.
Además la UE estaría dispuesta a prolongar unos fondos, del periodo 2007-2013, aproximadamente unos 2.000 millones de euros, que Grecia no ha aprovechado por la falta de dinero para cofinanciar los proyectos, la incertidumbre de la situación económica y porque se ha puesto en tela de juicio «la capacidad de las autoridades griegas para hacer el bien y completo uso de los fondos disponibles de la UE», en términos de la Comisión. Estos fondos se mantendrán disponibles hasta finales de este año.
La CE proporcionará, además, asistencia técnica a Atenas para que utilice mejor estos recursos, es decir, no quitará ojo de la ayuda.