Tras semanas de tensiones con los socios del euro, Alexis Tsipras ha llegado a la capital belga para tratar de convencer al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y al de la Eurocámara, Martin Schulz, de que su plan de reformas es viable, el trámite necesario para conseguir financiación. Sin embargo, Tsipras ha matizado que no todo son «obligaciones, obligaciones» y «aplicar, aplicar, aplicar», también cree que las nuevas medidas que quiere poner en marcha deben tener en cuenta la situación de «emergencia humanitaria» que sufre el país. «No es sólo un problema griego, es un problema europeo», ha indicado.
El miércoles empezaron las reuniones técnicas en Bruselas para proseguir con el paquete de medidas. Atenas ya envió una carta al Ejecutivo comunitario con siete medidas, en la que se incluía que amas de casa o turistas pudieran vigilar para evitar la evasión fiscal. Pese a que oficialmente las negociaciones acaban en abril, el gobierno griego pide un adelanto del rescate, ya que ha avisado en reiteradas ocasiones de su falta de liquidez. Sin embargo, las medidas se deben revisar primero, y las reuniones ya han empezado con el Ejecutivo comunitario, el BCE, el FMI y, por primera vez, el Mecanismo de Estabilidad, (MEDE). Un cuarteto, ahora nombrado «Grupo de Bruselas», e interlocutores con Atenas. Ahora ya no se considera que es la Troika más un nuevo miembro, sino cuatro instituciones que cooperan con el gobierno griego. El ejecutivo de Syriza quiere enterrar la Troika, y las palabras y la etimología son importantes.
Asimismo, en su reunión en la Comisión Europea, Juncker se ha comprometido a establecer un apoyo para hacer «un mejor uso» de los fondos otorgados a Grecia, a través de un grupo de trabajo coordinado por el vicepresidente del Euro, Valdis Dombrovskis, con el objetivo de que Grecia pueda paliar los efectos de la crisis. Por ejemplo, la lucha contra el desempleo de los jóvenes, entre los más altos de la UE. «Es tiempo de discutir sobre el futuro. Con un paro juvenil superior al 50% no hay futuro», ha lamentado Tsipras.
Por su parte, Juncker ha descartado de forma rotunda que las negociaciones entre Grecia y el Eurogrupo no lleguen a buen puerto. «Rechazo por completo un fracaso. No quiero un fracaso, quiero que los europeos se mantengan unidos. No es el momento de divisiones sino de ir todos juntos», ha explicado Junker. Sin embargo, ha lamentado que no se hayan conseguido progresos en las últimas semanas. El gobierno de Alexis Tsipras está dispuesto a convencer a sus socios comunitarios que cumplirán con sus compromisos y así lo ha reiterado hoy.
En la víspera de su vista a la capital comunitaria, el primer ministro griego se reunió ayer en París con el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, y firmó un acuerdo para que la organización asesore a Atenas en las reformas, sin embargo, volvió a recuperar el discurso de una «reestructuración» de la inmensa deuda griega. A este respecto, el ministro de finanzas alemán, Wolfang Schäuble, ha recordado que el no le dará a Grecia «un cheque en blanco».
En la última reunión del Eurogrupo, los ministros criticaron que Grecia estuviera «perdiendo el tiempo» y presionaron para que el gobierno de Syriza aceptara que grupos técnicos de las instituciones fueran a Atenas, pese a las reticencias del nuevo ejecutivo heleno, los expertos tendrán que volver a la capital del país.