El 1 de julio de 2013, Croacia entraba a formar parte de la Unión Europea. Un largo camino recorrido, ocho años de incansable espera y muchas exigencias por parte de las instituciones europeas que, finalmente, dieron sus frutos al convertirse en el 28 estado miembro de la UE.
Esta nueva incorporación marcó un antes y un después no solo en la UE, sino en la situación geopolítica y social que actualmente se vive en esta, antiguamente conflictiva, parte de la vieja Europa. Y aunque la guerra de los Balcanes aún no queda lejos, la situación de los países afectados es otra bien diferente. La entrada en el conglomerado europeo supone para sus habitantes –entre los más proeuropeístas del continente- un balón de oxígeno lleno de sueños y esperanzas.
Y ahora le toca el turno a Serbia. Con una economía mucho más débil que Croacia, espera que su nuevo papel en el entramado europeo le beneficie. Ya sea con un repunte del turismo, como le ha sucedido a Croacia, o en formas de ayudas. Croacia, por ejemplo, espera recibir 3.000 millones de euros de ayudas europeas en el periodo 2014 - 2020.
La economía serbia está marcada por un alto déficit comercial (importa mucho más de lo que exporta, 18.000 millones de dólares frente a 8.800), una deuda externa superior a los 26.000 millones de dólares y una tasa de desempleo que desde hace años no baja del 24 %.
Y es que la economía serbia pasa por una profunda crisis en los últimos años. El Gobierno ha recurrido a recortes de salarios de hasta el 25 % en la administración pública, mucho mejor pagada que el sector privado, la subida del IVA y la lucha contra la economía sumergida para estabilizar las finanzas y evitar el riesgo de bancarrota
Años de recesión, rumores sobre elecciones anticipadas y un conflicto con Kosovo del que está saliendo. Sin embargo, este año parece que las conversaciones con la UE podrían cambiar de rumbo. Al menos, esto es lo que piensa el gobierno que espera que Serbia sea en 2020 un nuevo estado miembro de pleno derecho de la UE. Como condición, la UE lo tiene claro: la normalización de las relaciones con Kosovo es esencial.
Como preámbulo a la apertura de las conversaciones este martes se ha reunido el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso con el primer ministro de Serbia Ivica Dacic y el vicepresidente primero del Gobierno, Aleksandar Vucic. Barroso les ha felicitado por las reformas que han hecho y los progresos de los últimos años.
Especialmente por los esfuerzos que han realizado en los últimos meses para normalizar las relaciones con Kosovo antes y después del histórico acuerdo alcanzado en abril. Así mismo ha subrayado el trabajo que le queda por hacer a Serbia hasta su adhesión: la reforma judicial, lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada, reforma de la administración pública, independencia de las instituciones fundamentales, libertad de prensa, lucha contra la discriminación y protección de las minorías, entre otras.