Sarkozy y las palabras de la comisaria Reding a su política de expulsión de gitanos acaparan el Consejo Europeo

Sarkozy puede estar contento. La polémica con la Comisión Europea ha hecho tanto ruido incluida una discusión, al parecer, en un tono bastante elevado con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que apenas si se ha planteado la cuestión fundamental de si las expulsiones de gitanos contravienen la legalidad europea.

Había otras cuestiones en este Consejo europeo que han ocupado menos tiempo en las ruedas de prensa, pero que sí estaban en el orden del día. Se ha analizado el papel que la política exterior de la UE debe jugar en el mundo y la mejor forma de continuar con las reformas estructurales emprendidas en la economía tras la crisis.

fragmento de la foto de familia
Foto:CE

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha asegurado que ha recibido el apoyo «unánime» de los veintisiete frente a las palabras «excesivas» de la comisaria de Justicia y vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding. En su opinión, la comparación de las expulsiones de judíos y la segunda guerra mundial «no es un argumento» sino «una injuria, una herida, una humillación, una exageración». Ha asegurado que Francia ha actuado «con arreglo al derecho comunitario» y ha insistido en que proporcionará a la Comisión toda la información necesaria sobre su política de expulsiones.

Ha aprovechado para reprochar a la UE que «cierre los ojos» ante las condiciones de vida de los campamentos ilegales y ha hecho un llamamiento a los otros líderes para que se esfuercen en encontrar soluciones. Este análisis, ha dicho, lo comparten sus colegas incluidos los presidentes rumano y búlgaro.

Aunque este último, Boyko Borissov, ha contado que durante la comida de trabajo ha habido «una disputa, por no decir una bronca» entre Barroso y Sarkozy.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha dicho que quería «dejar atrás» un supuesto enfrentamiento y ha hecho hincapié en la labor del Ejecutivo comunitario como guardián de los Tratados de la UE.

Pero los líderes de los veintisiete y sus ministros de Exteriores estaban allí para dilucidar otros temas. El presidente permanente del Consejo de la UE, Herman van Rompuy, ha advertido de que a pesar de la eficacia de las medidas adoptadas hasta ahora para afrontar la crisis económica y financiera «es necesario hacer más para garantizar el crecimiento y el empleo». Ha valorado la recuperación de la «confianza» y la «marcha» del crecimiento europeo.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió el establecimiento de sanciones para los países que incumplan los criterios de déficit y deuda que se han fijado en el Pacto de Estabilidad. Coincide con el comisario de Asuntos Monetarios y Económicos, Olli Rehn, pero discrepa de Angela Merkel, que quiere que las sanciones impliquen la suspensión de los fondos de cohesión. Van Rompuy, es partidario de establecer dos velocidades para las sanciones: primero en la zona euro y más tarde para toda la Unión Europea.

En este momento en el que Europa comienza a poner las bases de su servicio diplomático los jefes de Estado y de Gobierno han reflexionado sobre la mejor forma de coordinarse en política exterior y cómo fijar posiciones claras para que los nuevos representantes, Van Rompuy y Catherine Ashton, puedan defender los intereses generales con eficacia ante terceros países. En los próximos meses mantendrán reuniones de alto nivel con algunas de las principales potencias mundiales, China, Corea del Sur, India, Estados Unidos o Rusia, entre otras.