16 ciudades españolas quieren ser Capital cultural europea en 2016 (VII)
«Una de las prioridades de nuestra ciudad es conseguir que San Sebastián sea un espacio vital en el que poder desarrollar proyectos de vida y un pensamiento libre. Esta es nuestra principal asignatura pendiente: Donostia-San Sebastián, una ciudad donde el respeto a la vida, el pleno respeto de los derechos humanos, la integración social y política, la justicia social y la convivencia en libertad sean una realidad incuestionable».
Así comienza el manifiesto de San Sebastián para proponerse como Capital cultural europea en 2016. El territorio y sus circunstancias marcan su programa, que se resume en tres ejes: conviviendo, conversando y confluyendo o, lo que es lo mismo, superar la violencia, la crisis de las lenguas y mejorar las relaciones humanas.
Eso se traduce, según los organizadores, en cultura y educación. El alcalde, Odón Elorza, decía hace unos días en la presentación de la candidatura que eso es lo que c«ontribuye a humanizar los conflictos y son la mejor manifestación de rebeldía cívica contra cualquier forma de exclusión, barbarie y violencia... Necesitamos aprovechar este reto colectivo que supone la candidatura para impulsar nuestra propia reconstrucción moral y cultural».
Podrían haber aprovechado el tirón de los festivales de cine o de jazz, la monumentalidad física de la Concha, la gastronomía, la arquitectura o el paisaje, pero van a jugar de otra manera. Los siete faros que iluminan la costa vasca desde Zumaia a Biarritz van a dar argumentos a Europa: la biodiversidad, las lenguas, el conocimiento, la convivencia, la solidaridad, la naturaleza y el urbanismo. euroXpress
Ver en euroXpress otras candidaturas para ser Capital Cultural europea en 2016
Zaragoza 2016, la experiencia del éxito
Santander 2016: educación, cultura, Europa
Cuenca, ciudad y paisaje para Europa
Segovia, un laboratorio cultural para Europa