Pero hay otros muchos puntos que tratar para poner en común propuestas para la reforma de la gobernanza de la zona euro. Las conclusiones se las pasarán al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy que podría salir reforzado con la propuesta de convertirse en una especie de coordinador de las políticas monetarias de la eurozona.
Entre las cuestiones a examinar está el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, creado tras el primer plan de rescate a Grecia, país al que prestó dinero y también lo hizo a Irlanda y Portugal, pero su capacidad se queda pequeña cuando se habla de países como España o Italia.
Otro tema que puede estar sobre el tapete es el del pacto de Estabilidad y Crecimiento que limita el déficit de los Estados de la eurozona al 3% y la deuda al 60% del PIB. Muy pocos lo cumplen desde que estalló la crisis y obligar a su cumplimiento significaría tomar medidas muy impopulares como la imposición de una tasa mínima al impuesto de sociedades, limitar constitucionalmente los déficits públicos o reformar las pensiones de jubilación.
Esta reunión no es nueva estaba convocada desde la pasada cumbre europea del 21 de julio. Entonces, Sarkozy no pensaba que la economía francesa iba a vivir unas turbulencias como las de esta semana pasada cuando los rumores de una depreciación de la nota de la deuda gala hicieron que se desplomara su mercado bursatil.
Por otra parte, este lunes se ha sabido que el Banco Central Europeo (BCE) compró la pasada semana deuda pública de España, Italia, Portugal e Irlanda por valor de 22.000 millones de euros. Una cifra récord. El BCE no intervenía en el mercado secundario de deuda pública de la zona euro desde finales de marzo.