La conferencia, que comenzó el miércoles 26, fue organizada por el Centro Regional de Naciones Unidas por la Paz y el Desarme en Asia y el Pacífico (UNRCPD, en inglés), el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón y la prefectura de Hiroshima, la ciudad que sufrió el primer bombardeo atómico de la historia, el 6 de agosto de 1945, al que siguió tres días después el de Nagasaki.
La conferencia contó con la presencia de más de 80 funcionarios y expertos, también de fuera de la región. Ha sido la 25 reunión anual de su tipo celebrada en Japón, que ha tenido una relevancia especial en el contexto del 70 aniversario de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki y de la fundación de la ONU.
El director del UNRCPD, Yuriy Kryvonos, dijo que las deliberaciones en la conferencia de Hiroshima sobre «las oportunidades y desafíos en materia de desarme nuclear y la no proliferación» fueron «sinceras y dinámicas». Muchas de las ponencias y paneles de discusión versaron sobre la Conferencia de Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), celebrada del 27 de abril al 22 de mayo en la sede de la ONU en Nueva York.
El embajador Taous Feroukhi, de Argelia, que presidió la Conferencia de Examen, explicó por qué en no se ha llegado a un acuerdo sobre un proyecto de texto definitivo, a pesar del consenso que existía sobre una diversidad de asuntos fundamentales.
Feroukhi señaló que el fracaso se debió a que Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña se negaron a apoyar la convocatoria para el 1 de marzo de 2016 de una conferencia sobre Oriente Medio libre de armas de destrucción masiva.
El ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Fumio Kishida, expresó su pesar de que no se hubiera adoptado el proyecto definitivo debido al asunto de las armas de destrucción masiva. Kishida indicó que ese fracaso dio lugar a un debate sobre la viabilidad del TNP.
«Sin embargo, me gustaría dejar algo muy claro. El régimen del TNP tuvo un papel muy importante para la paz y la estabilidad en la comunidad internacional, un papel que se mantiene sin cambios hasta hoy», aseguró.
La conferencia de Hiroshima también analizó la aplicación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, que aún no ha entrado en vigor, para lograr la erradicación de las armas atómicas, así como las consecuencias humanitarias del uso de las mismas y la importancia de las zonas libres de armas nucleares para el desarme.
Los oradores prestaron especial atención al cada vez mayor papel que juegan los municipios locales, la sociedad civil y la educación para el desarme nuclear, incluidos los testimonios de los «hibakushas», o sobrevivientes de los bombardeos atómicos, en la consolidación del entendimiento sobre la amenaza que representan las armas nucleares.
El director del UNRCPD, Kryvonos, dijo que la conferencia de Hiroshima ha sido «un buen comienzo para la búsqueda de nuevas ideas sobre cómo debemos avanzar hacia nuestra meta, la protección del planeta del riesgo del uso de las armas nucleares».
El gobernador de Hiroshima, Hidehiko Yuzaki, su alcalde, Karzumi Matsui - hijo de un «hibakusha» y presidente de la organización Alcaldes por la Paz, que comprende a 6.779 ciudades de 161 países -, así como su homólogo de Nagasaki, Tomihisa Taue, abogaron por el fortalecimiento de la campaña por un mundo sin armas nucleares.
Los dirigentes de Hiroshima y Nagasaki alentaron las sugerencias para una cumbre de desarme nuclear que se desarrollará en 2016 en la primera ciudad que, sostuvieron, prestaría un impulso añadido a la sensibilización por un mundo sin armas nucleares.
El ministro Fumio Kishida, quien es oriundo de Hiroshima, hizo hincapié en la necesidad de que todos los Estados, con o sin armas nucleares, «trabajen juntos en la promoción constante de medidas prácticas y concretas con el fin de lograr un verdadero avance en el desarme nuclear». Kishida anunció que Japón presentará un «nuevo proyecto de resolución sobre la eliminación total de las armas nucleares» a la próxima reunión de la Asamblea General de la ONU.
Dicha resolución, dijo, es «apropiada para el año 70 desde los bombardeos atómicos y podría servir de guía para la comunidad internacional en los próximos cinco años, sobre la base de la Conferencia de Examen». La próxima Conferencia de Examen del TNP se celebrará en 2020.
El canciller Kishida expresó la opinión de los habitantes de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki cuando señaló en un mensaje a la conferencia del UNRCPD que «la realidad de los bombardeos atómicos está lejos de ser lo suficientemente comprendida en todo el mundo».
«Con el fin de lograr un mundo sin armas nucleares, es sumamente importante que los líderes políticos, los jóvenes y otras personas de todo el mundo visiten Hiroshima y Nagasaki y vean por sí mismos la realidad de los bombardeos atómicos», exhortó.
«Al hacerlo, estoy convencido de que seremos capaces de compartir nuestras aspiraciones por un mundo sin armas nucleares», concluyó.