Ha sido el sexto de una serie de encuentros anuales iniciados en 2005. La reunión que se ha celebrado este lunes es la primera que se realiza en el contexto del nuevo tratado de Lisboa, que establece que la Unión debe mantener «un diálogo abierto, transparente y regular» con la religión, las iglesias y las comunidades religiosas.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso ha hablado de la dura realidad de Europa, una de las regiones más ricas del mundo, en la que varios millones de ciudadanos viven al borde de la exclusión social. Ha ñadido «Las iglesias y las comunidades religiosas son importantes proveedores de servicios sociales en los Estados miembros de la UE. Si queremos combatir la pobreza de manera efectiva, es fundamental basarnos en su larga y amplia experiencia.»
Los líderes religiosos expresaron su apoyo a la estrategia Europa 2020 y a sus objetivos sociales y educativos. Subrayaron su compromiso permanente de fomentar la cohesión social y de aumentar la solidaridad y el compromiso cívico entre los europeos.
La UE se ha marcado como meta reducir en al menos 20 millones el número de europeos expuestos a la pobreza y a la exclusión social en 2020. Los progresos se medirán respecto a tres indicadores: riesgo de pobreza, privación material y hogares sin empleo. Otros dos objetivos son reducir el índice de abandono escolar a menos de un 10% y aumentar a un 40% en 2020 el porcentaje de personas entre 30 y 34 años que hayan terminado los estudios de enseñanza superior o equivalente.
A las conversaciones han asistido líderes religiosos de catorce Estados miembros (Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Italia, Países Bajos, Grecia, Rumanía, Bulgaria, Chipre, Hungría, Eslovaquia, Polonia y Dinamarca), El Presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.