Quinielas para dirigir Europa

Los 27 jefes de Estado o de gobierno de la UE se reúnen hoy en Bruselas con una agenda más difícil de lo que suponían. No se han solucionado las trabas checas para que el Tratado de Lisboa entre en vigor y eso frena la renovación institucional que ya debería estar en marcha.

Así que hoy no habrá debate formal sobre quién será el nuevo presidente estable de la Unión ni el futuro sustituto de Solana, ahora con más poder. Pero en pasillos y conversaciones bilaterales se van a oír los nombres del británico Tony Blair, el luxemburgués Jean-Claude Juncker o el holandés Jan Peter Belkenende. Las quinielas están abiertas.

Tony Blair/Foto: Tony Blair Sports Foundation

El Consejo Europeo de otoño, que se celebra el jueves y el viernes en Bruselas, tiene que dar una solución definitiva a las reclamaciones del presidente checo, Vaclav Klaus, sobre el Tratado de Lisboa y eso impide que los líderes de la UE debatan formalmente los nuevos nombramientos previstos en el Tratado, las novedades más «visibles».

En cualquier caso, la política europea de estos días pasa por las quinielas sobre quién será el nuevo presidente estable de la Unión y quién su Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, de modo que desde los pasillos del edificio Justus Lipsius de Bruselas va a salir el eco del ex primer ministro británico, Tony Blair, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Junker y el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende.

Estos tres nombres son los que más suenan para dirigir Europa, pero nadie descarta que se anulen entre sí y haya un «tapado», como ocurrió con Barroso en su primer mandato para dirigir la Comisión europea.

Blair, el controvertido

Blair es quien cuenta con más apoyos, pero también con más opositores. Sus principales cartas son el respaldo de Sarkozy y Berlusconi y, con reservas, Ángela Merkel. El presidente francés y la canciller alemana anoche declaraban que mantendrán una posición común en el Consejo, en una clara reafirmación del eje franco-alemán.

El ex premier británico gusta porque es una personalidad conocida en todo el mundo y el nuevo cargo requiere protagonismo. Además, los 27 están de acuerdo en que el futuro presidente debe llenar de contenido el cargo porque el propio Tratado no se lo da y, en ese sentido, Blair reúne las condiciones. En contra, sobre todo, tiene su participación junto a Bush en la guerra de Iraq, que dividió a Europa, y que el Reino Unido ni está en el euro ni en el Tratado de Schengen.

Los propios británicos están divididos sobre su candidatura europea. El actual primer ministro, Gordon Brown, le apoya claramente, mientras que los «tories» se oponen radicalmente. Se dice que el líder de la oposición, David Cameron, ha escrito a Angela Merkel para pedirle personalmente que no apoye a Blair.

La ofensiva del Benelux

La oposición más abierta a Blair viene de los países del Benelux y ahí entra la candidatura del luxemburgués Jean-Claude Juncker, el único que se ha autopostulado para el cargo. Juncker es un viejo conocido de la política europea que se sabe todos los resortes y preside el Eurogrupo. Sin embargo, para muchos, representa a un país con poco peso en la UE y personalmente ha sido un «blando» en la respuesta a la crisis económica.

Las críticas a uno y otro han impulsado el nombre del primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, que tiene un currículum más gris, pero más limpio y podría ser la solución de consenso. Al parecer, el gobierno español no se opondría. La ex presidenta de Irlanda o varios ex primeros ministros de Finlandia están también en la lista.

Esta noche se abren las conversaciones, que formalmente tendrán que centrarse en la República Checa y sus aspiraciones para que haya una excepción en la Carta de Derechos Fundamentales del Tratado que evite reclamaciones de los alemanes expulsados de los Sudetes tras la Segunda Guerra Mundial. La presidencia sueca ya ofreció una solución que hoy deben ratificar los 27. A última hora hay pegas de algunos países como Eslovaquia, Hungría, Austria o Alemania.

Con todo, los jefes de Estado y de gobierno tienen para esta cumbre otro punto difícil. Los 27 deberían llegar a un acuerdo sobre la financiación que necesitan los países en desarrollo para luchar contra el cambio climático. Punto decisivo a pocas semanas de la conferencia de la ONU que se celebra en diciembre en Copenhague. euroXpress