Hace dos años que el presidente del Banco Central Europeo pronunció unas palabras que a él le debieron parecer mágicas por el efecto que tuvieron en los mercados. Después, lo ha vuelto a intentar tantas veces que ha perdido toda credibilidad... excepto para él naturalmente. Ahora lo ha vuelto a hacer en el Parlamento Europeo: «El Banco Central Europeo adoptará las medidas monetarias no convencionales si la situación económica en la zona euro las requiere».
Amagar y no dar es un viejo truco de los niños en el patio del recreo que a Draghi parece que se le está agotando. En su reunión mensual con los eurodiputados de Asuntos Económicos y Monetarios este lunes, ha reiterado su conocido mantra de que el BCE hará todo lo necesario... si la situación lo requiere. Pero viene requiriéndolo desde hace tiempo y el BCE lo discute en sus reuniones pero no ejecuta.
Draghi ha asegurado en el Parlamento Europeo que a medida que la Unión Bancaria toma forma, los riesgos podrían migrar de los bancos al sector no bancario. Además, en su calidad de presidente de la Junta de Riesgo Sistémico, ha añadido que hay «un gran margen para una mayor coordinación de las sanciones contra los bancos entre EE.UU. y Europa.
El balance del BCE – dijo- podría subir hasta el nivel de marzo de 2012, si fuera necesario. A la pregunta de si era un objetivo o una expectativa, contestó «es una expectativa» y «si no se cumple, se podrían tomar otras medidas».
El presidente del Banco Central Europeo continuó señalando que el último panorama económico «muestra que el ritmo de crecimiento se ha debilitado durante el verano» por lo que es necesario realizar un ajuste a la baja. Lo que podría llevar a una disminución de la confianza y la inversión privada en la zona del euro.
La inflación en octubre fue del 0,4% (el objetivo es que se aproxime al 2%) y en los próximos meses se mantendrá igual, dijo. También reiteró que es necesaria la consolidación fiscal y que se pongan en marcha las reformas estructurales para mejorar el entorno empresarial.
A las críticas de que el reciente lanzamiento del programa de compra de activos respaldados Securities (ABS) podría convertir al BCE en un «banco malo», Draghi dijo que este programa no se puede comparar con lo que pasó en Estados Unidos. En Europa no tenemos sub-primes, dijo. «La tasa de morosidad en los EE.UU. era del 18%, mientras que en Europa, es del 1,5% «.
Draghi defendió las medidas monetarias que se han adoptado hasta ahora y señaló que necesitarán tiempo para materializarse, aunque adelantó que «hay indicios de que el paquete está trayendo beneficios». Señaló que es fundamental mejorar la cuestión de los préstamos a las Pyme.