Los taxistas argumentan que las aplicaciones de Uber Technologies y otras empresas vulneran la normativa del taxi en la UE y ponen en peligro su medio de vida. Uber lanzó su aplicación para teléfonos inteligentes hace cuatro años, y ha subido como la espuma. Está respaldada por inversores como Goldman Sach y Google y ha pasado de los 3.500 millones de dólares de valoración hace un año a los 18.200 millones de dólares en los que ha sido valorada la semana pasada.
Los taxistas dicen que la aplicación para compartir coche es en realidad un taxímetro encubierto y vulnera la reglamentación europea.
En París los profesionales del taxi han provocado un atasco monumental a la entrada de la ciudad esta mañana, ralentizando el tráfico. En Londres han colapsado la circulación a las dos de la tarde en los alrededores de la plaza de Trafalgar. En Madrid, dónde hay 16.000 táxis, han declarado 24 horas de huelga. No hay servicios mínimos y solo funcionan para casos urgentes de salud, como enfermos que necesitan diálisis.
Según Uber, cuya aplicación de móvil en España solo está activada en Barcelona, se limita a poner en contacto a usuarios que buscan una manera más barata de transporte. La Generalitat ha dicho que si se demuestra que se vulnera la normativa pondrá multas de hasta 6.000 euros.
Un portavoz de la Comisión Europea ha dicho que quizá «no sea una buena manera» de abordar la situación poniendo multas. Ha añadido que son las autoridades nacionales las que deben garantizar que este tipo de servicios cumplan las normas, y ha aconsejado a los taxistas que se adapten a las nuevas tecnologías.
Por su parte el ministerio de Fomento español ha dicho que los usuarios de estas plataformas que se pongan de acuerdo entre si para viajar en coche no necesitan autorización. Otra cosa es si existe una actividad económica, una remuneración por servicio y una actividad empresarial.
La comisaria de Agenda Digital, Neelie Kroes, escribe en su blog que la aparición de la estadounidense 'Uber' y de otras muchas apps europeas en Bruselas, Berlín, Milán, Madrid y otras ciudades de toda Europa, como DJump, TaxiPal, Taxify, Hailo, BlaBla y más es irreversible. Explica que la tecnología digital ha hecho su aparición en el taxi, y en otros muchos aspectos de nuestras vidas y «no podemos hacer caso omiso de estos retos e ir a la huelga, o tratar de prohibir estas innovaciones».
La comisaria dice a los trabajadores del taxi y a los empresarios que deben adaptarse a la tecnología y a las necesidades de los ciudadanos que cada vez piden menos normas.
Kroes reconoce que quizá es demasiado directa en su análisis de la situación y acaba su post aclarándolo, «Si he aprendido algo de las últimas elecciones europeas -señala- es que no iremos a ninguna parte en Europa escondiendo las verdades. Es hora de hacer frente a los hechos: tanto las innovaciones digitales como las aplicaciones de taxis están aquí para quedarse. Tenemos que trabajar con ellos, no contra ellos.»