En tres etapas que comenzarán el próximo 1 de julio y continuarán hasta 2025 se van a ir poniendo en marcha las diferentes medidas, que pretenden completar la Unión Económica y Monetaria. La introducción de un régimen de Seguro de Depósitos Europeo, intercambio de soberanía entre los Estados miembros que tienen el euro como moneda o la creación de un futuro banco del Tesorode la eurozona, son algunas de ellas.
los cinco Presidentes de la UE: Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, Presidente de la Cumbre del Euro, Donald Tusk, presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el Presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz - han dado a conocer este lunes sus planes conjuntos para profundizar la Unión Económica y Monetaria (UEM).
Para el presidente Juncker, la moneda que comparten 19 Estados miembros de la UE y más de 330 millones de ciudadanos, «es algo para estar orgullosos», pero que debería funcionar mejor. «La Unión Monetaria sigue estando incompleta y cuando asumí el cargo me prometí que iba a trabajar para consolidar y complementar las medidas sin precedentes que tomamos durante la crisis para que sean más socialmente justa y democráticamente legítimas.»
A pesar de los progresos realizados en los últimos años, sobre todo con el lanzamiento de la Unión Bancaria, la UEM sigue incompleta. Las divergencia en toda la zona del euro son significativas y la crisis de los últimos años ha puesto de relieve aún más las deficiencias existentes. Está claro que con 18 millones de personas en paro y muchos expuestos a riesgos de exclusión social, queda mucho por hacer para convertir la zona del euro -la segunda mayor economía del mundo- en una arquitectura sólida como una roca, señala la CE.
El informe establece tres etapas diferentes para su realización:
- Etapa 1 o «Profundización Haciendo» (1 julio 2015 hasta 30 junio 2017): el uso de los instrumentos existentes y los Tratados actuales para impulsar la competitividad y la convergencia estructural, el logro de las políticas fiscales responsables a nivel nacional y la zona del euro, completando la Unión Financiera y la mejora de la responsabilidad democrática.
- Etapa 2, o «completar la UEM»: se pondrán en marcha acciones de mayor alcance para hacer que el proceso de convergencia sea más vinculante, a través de, por ejemplo, un conjunto de puntos de referencia en común para la convergencia que sería de naturaleza jurídica, así como una zona de tesorería del euro.
- Fase Final (a más tardar en el año 2025): una vez que todos los pasos se hayan dado, una profunda y genuina UEM proporcionaría un lugar estable y próspero para todos los ciudadanos de los Estados miembros de la UE que comparten la moneda única y atractivo para que otros Estados miembros pudieran unirse si estuvieran preparados para hacerlo.
Para preparar la transición de la fase 1 a la fase 2, la Comisión presentará un Libro Blanco en la primavera de 2017 en el que esbozará los siguientes pasos, incluyendo medidas legales para completar la UEM en la Etapa 2. Sería muy parecido al Libro Blanco de Jacques Delors de 1985, que - a través de una serie de medidas y un calendario - allanó el camino para el Acta Única Europea, base jurídica del proyecto del Mercado Único.
Contenido del informe de los cinco presidentes
La Unión Económica de la convergencia, el crecimiento y el empleo debería descansar en cuatro pilares: creación de un sistema de Autoridades de Competitividad; una aplicación reforzada del procedimiento de desequilibrio macroeconómico; un mayor énfasis en el empleo y la política social; y una mayor coordinación de las políticas económicas dentro de un semestre europeo renovado (ver anexo 2). Esto es lo que se debería poner en marcha en un primer momento (Etapa 1), sobre la base de medidas prácticas y el método comunitario. A medio plazo (Fase 2), el proceso de convergencia debería ser más vinculante a través de un conjunto de normas comunes de alto nivel definido en la legislación de la UE.
Autoridades de Competitividad
El objetivo debe ser armonizar las prácticas y las instituciones encargadas de fijar los salarios a través de fronteras. Esos procesos varían ampliamente dentro de la UE y con razón reflejan las preferencias nacionales y tradiciones jurídicas.
Basado en un modelo común, cada Estado miembro debe decidir la exacta configuración de su Autoridad Nacional de Competitividad, que debe ser democráticamente responsable y funcionalmente independiente. Los actores nacionales, como los interlocutores sociales, deben seguir desempeñando su papel de acuerdo con las prácticas establecidas en cada Estado miembro y deben utilizar las opiniones de las autoridades como guía durante las negociaciones de ajuste salarial. Algunos Estados miembros, como los Países Bajos y Bélgica, ya cuentan con dichas autoridades.
Hacia la Unión Financiera
La Unión Económica y Financiera son complementarios y se refuerzan mutuamente.Ya se ha conseguido el objetivo de la supervisión bancaria única. Un Mecanismo de Resolución Individual se ha acordado con el Fondo de la Resolución Individual (que entrará en funcionamiento el 1 de enero de 2016). Para el paso siguiente, los cinco presidentes proponen la puesta en marcha de un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (SEDA) en la Fase 1, que podría configurarse como un sistema de reaseguro a nivel europeo de los sistemas nacionales de garantía de depósitos.
Hacia la Unión Fiscal
Las políticas fiscales insostenibles no sólo ponen en peligro la estabilidad de precios en la Unión, sino que también perjudican la estabilidad financiera. En la Etapa 1), los cinco presidentes proponen la creación de un Consejo Fiscal Europeo consultivo que se encargaría de coordinar y complementar los consejos fiscales nacionales ya existentes (véase el anexo 3). Se trataría de proporcionar un análisis independiente, a nivel europeo, de cómo los presupuestos se realizan en contra de los objetivos económicos establecidos en el marco de gobernanza fiscal de la UE. A más largo plazo (Fase 2), se debe configurar una función de estabilización macroeconómica común para afrontar mejor las crisis que no puedan ser gestionadas solamente a nivel nacional. Serviría para amortiguar los grandes shocks macroeconómicos y hacer una UEM más resistente. Tal función de estabilización podría construirse aprovechando el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas, como primer paso, mediante la identificación de un conjunto de fuentes de financiación y proyectos de inversión específicos para la zona del euro.
Fortalecimiento de Responsabilidad Democrática, legitimidad e Instituciones
Una mayor responsabilidad e integración en la UE y la zona del euro significa más interdependencia. También significa un mejor reparto de los nuevos poderes y una mayor transparencia sobre quién decide qué y cuándo. Es hora de revisar y consolidar la construcción política: el informe propone una mayor participación y control parlamentario - a nivel nacional y europeo, especialmente cuando se trata de las recomendaciones específicas por país, los programas nacionales de reforma y de la Encuesta Anual sobre el Crecimiento. En el corto plazo (Etapa 1), la UEM necesita una representación exterior unificada - como se indica en las directrices políticas del Presidente Juncker. Hoy en día, la UE y la zona euro, aún no están representados como si fueran uno en las instituciones financieras internacionales, especialmente el FMI. Una voz fragmentada significa que la UE pierde peso político y económico. Los cinco presidentes proponen, asimismo, reforzar el papel del Eurogrupo. A corto plazo, esto puede requerir un refuerzo de su presidencia y los medios a su alcance. A más largo plazo (Fase 2), se podría considerar una presidencia del Eurogrupo a tiempo completo.
Por último, mientras que los Estados miembros de la zona del euro seguirán decidiendo en materia de fiscalidad y la asignación de los gastos presupuestarios a lo largo de las opciones políticas nacionales, tendrán que ir tomando algunas decisiones colectivamente. Una tesorería de la zona del euro podría ser el lugar adecuado para tomar esas decisiones colectivas.
La dimensión social de la UEM
Una de las principales lecciones que se han aprendidas de la crisis es que la «triple-A UEM» debe combinar economías competitivas que son capaces de innovar y tener éxito en un mundo cada vez más globalizado, con un alto nivel de cohesión social. Esto significa, que los mercados laborales y los sistemas de bienestar tienen que funcionar bien y ser sostenibles en toda la zona del euro. Un mejor mercado de trabajo y política social, así como la cohesión social deben estar en el centro del nuevo proceso de «convergencia al alza» presentado en este informe.