Según los datos, de fecha de 2012, 818.000 personas pidieron nacionalizarse en un Estado de la UE, un aumento del 4% respecto a 2011. Donde se produjeron más demandas fue en Hungría (12,8% del total de residentes extranjeros), Suecia (7,8%) y Polonia (6,6%).
En números relativos, sin embargo, los países que más ciudadanos nacionalizados registraron fueron el Reino Unido (193.900 personas), Alemania (114.600), Francia (96.100), España (94.100), Italia (65.400 ) y Suecia (50.200). En comparación con el resto total de la población del Estado miembro, Luxemburgo (8,4 personas por cada 1000 habitantes pidieron la nacionalidad), Irlanda (5,5) y Suecia (5,3).
Los mayores grupo que consiguieron la nacionalidad provinieron de Marruecos (59.300 personas de los que el 53% lo solicitó en Francia e Italia), Turquía (53.800 en Alemania), India (36.900 en Reino Unido), Ecuador (28.900 en España) e Irak (27.500 en Suecia). Así, marroquíes, turcos, indios, ecuatorianos e iraquíes representan el 25% del total de personas que consiguieron la ciudadanía europea en 2012. Asimismo, rumanos (25.200 personas), fue el grupo que más pidió la nacionalidad en otro Estado miembro, seguido por polacos (12.800) e italianos (7.900).
El espacio Schengen que permite la libre circulación de personas y mercancías ha permitido la movilidad de ciudadanos entre distintos países sin necesidad de pedir la nacionalización. No en vano, el 85% de las personas que pidieron nacionalizarse no pertenecían a ningún Estado de la UE. Es el caso de Estonia (99,7% de los demandantes), Letonia (99,1%), Lituania (99%) o España (98,5%).
En Estados como Luxemburgo, en cambio, la mayoría sí que eran provenientes de Estados miembros (86,6%). Ello se explica porque el Gran Ducado es sede del tribunal de Cuentas y del Banco Europeo de Inversiones, que atraen a miles de trabajadores comunitarios. Aunque también fue el caso de Hungría (81,1%) y Chipre (54,4%).