Nueva norma sobre el etiquetado textil en la UE

Los textiles fabricados o vendidos en la UE deberán especificar en su etiqueta si en su producción se ha usado material de origen animal. Era una reivindicación de las organizaciones defensoras de los animales que beneficiará, además, a las personas alérgicas. El Parlamento Europeo y el Consejo han llegado a un acuerdo que recoge esta medida, pero no se ha aceptado la propuesta de los eurodiputados para que se rechacen los productos de países que no cumplen con estándares laborales o medioambientales.

Etiquetado textil
La UE modificará el etiquetado de los productos textiles / Foto:euroXpress

El Parlamento Europeo y el Consejo han acordado nuevas normas sobre el etiquetado textil en la UE, para que sea obligatorio reflejar si en la fabricación del producto se han usado materiales de origen animal.

Los eurodiputados aseguran que de una propuesta meramente técnica han sacado un acuerdo más político, pero se han quedado lejos de conseguir todo lo que pretendían. En cualquier caso, la medida adoptada responde a una reivindicación de los defensores de los animales que también beneficiará a las personas alérgicas.

Los consumidores podrán saber ahora con certeza si el producto que compran es sintético o no porque en la etiqueta de todos los productos textiles que no lo sean aparecerá la frase partes no textiles de origen animal.

La propuesta del Parlamento era más ambiciosa y pretendía que el etiquetado textil identificara el país de fabricación y rechazara los productos de países donde no se respeten las normas laborales o medioambientales, pero se ha rechazado. A cambio, se ha pedido a la Comisión Europea un informe sobre etiquetado que valore si los consumidores son capaces de entender con las actuales etiquetas los requisitos mínimos.

Ese estudio deberá analizar la viabilidad de un etiquetado que dé información precisa sobre el país de procedencia, los posibles efectos a reacciones alérgicas, el uso de productos químicos y la posibilidad de armonizar normas sobre tallas y otros aspectos. Habrá que esperar hasta 2013 para conocer los resultados.

Hace un año, la Eurocámara ya hizo propuestas en ese sentido que ahora se cumplen solo parcialmente. La dificultad del acuerdo estriba en conciliar intereses de los consumidores y el de una potente industria que tiene en la UE más de 200.000 empresas, con dos millones y medio de empleados y que mueve ciento noventa mil millones de euros.