Unas 600.000 personas se encuentran aterrorizadas y hambrientas en el monte Sinjar, junto a la frontera siria. Muchos están heridos. No han tenido tiempo de llevarse nada y dependen de los alimentos que lanzan desde el aire aviones estadounidenses, británicos y franceses. Se enfrentan a temperaturas extremas y a la falta de agua. Pertenecen a las minorías cristianas, yazidíes, shabak y turcomanos que vivían en el Kurdistán.

Otros no han conseguido huir. En Sinyar unas 500 personas se encuentran aisladas y amenazadas con la muerte si no se convierten al islam. Los yihadistas habrían ejecutado a unas 77 personas, 33 de ellas mujeres, también llegan noticias, sin confirmar, de que entierran a personas vivas y que tienen a un grupo de mujeres encarceladas a las que han reducido al estado de esclavitud y las aterrorizan con violarlas.

En Irak viven unos 500.000 yaziríes. De etnia kurda, los orígenes de esta minoría religiosa, que se basa en el zoroastrismo, se remontan a varios siglos atrás, y su creencia en el Ángel Caído como representante de Dios ha hecho que se les conozca como «adoradores del Diablo» por otras religiones.

El ministro de exteriores francés, Laurent Fabius, ha visitado Erbil, la capital del kurdistán, para donar unas 18 toneladas de ayuda humanitaria. Francia no se plantea desplegar militares para apoyar la ofensiva estadounidense. Fabius ha calificado de «genocidio» las violencias de los yihadistas.

«Estamos horrorizados por el rápido deterioro de la situación humanitaria, con cientos de miles de civiles, principalmente de minorías, huyendo de las áreas del conflicto como resultado de la persecución y violación de derechos humanos básicos», ha destacado la UE en un comunicado. Añaden que «algunos de esos actos pueden constituir crímenes contra la humanidad y tienen que ser investigados rápidamente, de manera que los responsables tengan que rendir cuentas» ante la Justicia.

Los yihadistas del Estado Islámico (EI) controlan Mosul, la segunda ciudad de Irak, desde el 10 de junio, donde quieren implantar su declarado «califato».