Recibía este premio en el Théâtre du Châtelet de París, de manos de Victoria Vera, ¿cómo recuerda ese momento, incluso antes, cuando le dicen que es el mejor músico de jazz europeo?
Jorge Pardo- Siempre algo así lo recibes con alegría y un poco de sorpresa; no soy un músico muy mediático, que tenga detrás una gran compañía de discos, soy bastante naif, tampoco voy a Francia todos los días. También hay agradecimiento aunque, sin acritud, el mundo de los premios ya sabemos como es, no es una cumbre en mi vida. Hacer música todos los días, esa es mi cumbre.
eXp- En el homenaje en Madrid le escuché decir que «los franceses están en todo» y que «debería ir a Francia más a menudo», pero el Flamenco Jazz tiene más presencia en nuestro país
JP-Supongo que sí, estamos hablando de una tendencia, de un estilo de música muy novedoso que se está consolidando, ya hay en ello nuevas generaciones de músicos después de la mía que toman el testigo e investigan sobre ese mismo camino, pero obviamente eso lleva mucho tiempo; no es una música que esté todos los días en los grandes medios de comunicación, es una música bastante críptica, hay que acercarse a la gente que lo hace, en los locales que se hace, es un proceso lento.
eXp- Es curioso que el premio al mejor músico europeo de jazz lo consiga por primera vez un músico español por esta categoría de flamenco jazz
JP- Sí, es una de las curiosidades que me gustaron. No soy un jazzista al uso, no sigo la corriente americana, soy un músico de jazz muy raro, tan raro que en realidad hago flamenco, lo que pasa que con instrumentos tocados en la tradición jazzística. Es una cosa extraña y normalmente estas academias, no sólo la francesa sino en general, como dice la palabra «academia» son conservadoras, acumulan el conocimiento sabido hasta el momento, pero no el que está por saber, o el que está sucediendo. Me choca que premiaran a una persona que no está en esa línea conservadora sino bastante trasgresora.
eXp- Hablando de academias, se formó en el saxo y la flauta, ¿cuál fue su primer instrumento?
JP- Soy bastante autodidacta aunque el término sea un poco falso porque siempre aprendes de alguien o de algo, aunque sea escuchando un disco. He aprendido de varias fuentes, también en el Conservatorio he tenido mi aprendizaje, aunque fuera muy breve. En la medida que he podido he ido eligiendo mi aprendizaje aquí y allá. Ahora hay escuelas para todo, parece que vas y ya te van a enseñar, pero realmente nadie te enseña, la enseñanza está en ti mismo, es el deseo, eres tú el que tienes que aprender
eXp- Para muchos es difícil ser uno de los grandes en un solo instrumento, ¿serlo de dos es más difícil aún?
JP- Son muy diferentes pero profesionalmente complementarios, siempre ha sido bastante fácil –entre comillas- encontrar músicos que tocan saxo y flauta. Por supuesto no son iguales, de hecho a veces yo hubiera deseado tocar un instrumento nada más pero empecé así, con uno y el otro, ahora cuando me planteo dejar alguno, soy incapaz de desprenderme de ninguno de ellos
eXp- En el Instituto Francés de Madrid interpretó una composición homenaje a Falla y Ravel y una obra de su último Cd «Huellas» ¿Las dos estarían dentro del Flamenco Jazz?
JP- No sé qué decirte, no me planteo las cosas así, entiendo que para el gran público jazz es una cosa, flamenco otra, músicas diferentes e incluso en el vestir, en lo social, pero yo no lo vivo así, para mí es todo música y prácticamente lo mismo, eso sí lo toco a mi manera, siempre toco la misma canción.
eXp- ¿Se siente músico europeo?
JP- Me siento músico del mundo. La música no tiene fronteras, el sonido que produces es igual aquí que en Birmania, y lo único que hacemos los músicos es influenciarnos unos a otros, como el resto de creadores y artistas
Desde mi óptica, sé que la música europea es muy académica, están los grandes conservatorios, en Viena, París, Moscú, Londres, Berlín, Roma, Madrid, Barcelona. Toda esa cadena de música clásica con grandes escuelas de las que a mi manera también bebo, pero al no estar sumergido en ese ambiente académico no soy consciente de ello. Estoy sumergido en el mundo del flamenco y la música de flamenco no es una música muy academicista. Eso no quiere decir que no sea una música muy difícil de interpretar, pero no tenemos esas academias centenarias, está apartada de esa música europea academicista
eXp- ¿Está contento con «Huellas», su última producción?
JP- Es difícil decirlo, un artista nunca está totalmente contento con ninguna obra, pero siempre digo que para el público un disco es como una foto final y sin embargo para mí la obra no termina en el disco, se va agrandando a medida que va pasando el tiempo, el disco es una instantánea pero no es lo definitivo. Hoy escuchas «Huellas» y no es lo mismo que hace unos meses, hacemos otras interpretaciones
eXp- ¿Hay en sus actuaciones un guiño a lo social, a la crisis incluso?
JP- A pesar de que no usamos letras, que nuestra música es instrumental y es difícil mandar consignas sociales claras, yo creo que nuestra actitud – y ahí meto a un buen puñado de colegas-, nuestra actitud vivencial con la música, con la sociedad, con nosotros mismos, es hacer lo que crees que tienes que hacer y no lo que te digan que tienes que hacer. Creo que queda socialmente reflejado que no estás en esa corriente de creértelo todo, sino en otra de hacer un servicio para la sociedad, para la gente, darles otras experiencias, algo a veces más difícil que decir «fulanito es tal o cual», «vamos a hacer esto o lo otro».
eXp- Acaba de volver de Suecia, viaja continuamente, pero sigue viviendo en Rivas, en Madrid
JP- Sí, ahora vamos a Noruega, Estados Unidos, Australia, India, vamos a todos lados. Y siempre me he sentido muy madrileño pero si tengo que decir la verdad si he dormido cuatro o cinco días seguidos en mi casa en los últimos quince años, ya es un éxito.
eXp- ¿Próximos proyectos?
JP- En unos meses publicaré un nuevo disco que se va a llamar «Historias de Radha y Krishna», los dioses de la mitología hindú, pero no será música hindú más bien todo lo contrario, más cerca del bluess, un poco de funky, de hip-hop, electrónica, pero hecha a mi manera, con un toque flamenco.