Dubai Municipality ha anunciado los galardonados del Premio Internacional de Buenas Prácticas de Naciones Unidas, UN HABITAT Dubai 2014, a las mejores iniciativas a nivel mundial que contribuyen a mejorar las condiciones de vida de la humanidad, que fortalecen la conciencia de la sociedad y que promueven políticas adecuadas para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y ciudadanas desde la perspectiva del desarrollo sostenible, reconociéndolas y difundiéndolas para que sirvan como ejemplo.
Naciones Unidas, a través de este galardón, reconoce como «buena práctica», categoría «Good», el «Programa de acompañamiento social a familias en situación de exclusión residencial en el municipio de Segovia», que la Fundación Secretariado Gitano desarrolló entre 2006 y 2011. Ya en el mes de febrero de este año, el Banco Mundial, también se fijó en este programa, enviando a una consultora del mismo, para conocer de primera mano esta iniciativa.
La calificación «Good» implica que el 'Programa de acompañamiento social a familias en situación de exclusión residencial' de la FSG de Castilla y León aparecerá en el Décimo Catálogo Español de Buenas Prácticas que realiza el Ministerio de Fomento, y que una vez editado se incorporará a la biblioteca de Ciudades para un Futuro más Sostenible, CF+S.
El Premio Buenas Prácticas de Dubai Internacional, creado en 1995 ha recibido durante los últimos 9 años más de 6.000 candidaturas de más de 150 países.
Gracias a este Programa, entre 2006 y 2011, 145 personas, un 47% de ellas menores de edad, dejaron las chabolas y pasaron a incorporarse a una vivienda normalizada en un entorno inclusivo en colaboración con el Ayuntamiento de Segovia. El 11 de junio de 2010 se derrumbaron las dos últimas infraviviendas del asentamiento de El Tejerín (Segovia) que aún quedaban en pie. Y finalmente el 30 de diciembre de 2011, con el derribo del último prefabricado en Carretera de Madrona, se puso final a más de 30 años de chabolismo en Segovia durante los cuales decenas de familias gitanas vivieron segregadas y sin las mínimas condiciones de habitabilidad, condenas a la exclusión.
El Sr. Lootah, director general del municipio de Dubai afirmó que en los procedimientos de selección, el comité ha evaluado cada candidatura utilizando los criterios básicos adoptados en el estatuto de la concesión, como son la sostenibilidad, el impacto y la colaboración que ha supuesto con otras entidades e instituciones del entorno, además de otras consideraciones tales como la posibilidad de trasladar la experiencia en otros lugares, la innovación, la contribución a la promoción de la igualdad de género, la inclusión social y el enfoque integrado que se deriva de las cuestiones de los asentamientos humanos.
Mar Fresno, directora territorial de la Fundación Secretariado Gitano en Castilla y León agradece la concesión de esta distinción y manifiesta que «aunque sabemos que nos queda mucho trabajo por delante para mejorar las condiciones de vida de las personas gitanas que todavía viven en exclusión, se trata de un gran estímulo». Además «es una oportunidad para compartir con todo el equipo técnico de la FSG en Segovia pero también con las diferentes administraciones implicadas en esta iniciativa, como la Consejería de Fomento, Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y los profesionales del Ayuntamiento de Segovia, ya que esta actuación no hubiera tenido los mismos resultados sin su colaboración». Este premio, señala Fresno, «supone un reconocimiento a un modelo de trabajo integrado, donde se combinan las actuaciones de diferentes administraciones con competencias diversas en el fomento de la inclusión social».
El primer gran reto de la iniciativa fue que ese paso de las familias a una vivienda normalizada tuviese éxito y se hiciese en un entorno facilitador de las oportunidades para la incorporación social. Para ello se optó por un sistema de recuperación de viviendas municipales como residencia provisional, y el alquiler de viviendas privadas en mercado libre. Otro gran reto supuso la demolición de las infraviviendas y la recuperación ambiental del espacio urbano que ocupaban los asentamientos. En todo el proceso, resultó imprescindible la colaboración local y autonómica, y el desarrollo de medidas integrales, combinando el ámbito social, educativo, de participación, de formación e inserción laboral y de infraestructuras.
Yolanda, una de las mujeres gitanas participantes en el programa, reflexiona sobre cómo el hecho de vivir en un barrio integrado les hace más ciudadanos y ciudadanas: «Cuando nevaba no bajaba nadie a vernos, ni las máquinas quitanieves, y los chicos no podían ir al colegio (...) Ahora salgo a caminar hasta el pantano con mi cuñada y algún sábado vamos a cenar al Burguer».