Money, money, money...

Más dinero es lo que se necesita y cuando se habla de dinero todos cierran filas y miran para otra parte.

En Barcelona se ha iniciado la última ronda de conversaciones antes de la Conferencia de la ONU en Copenhague, donde se debería alcanzar un acuerdo que sustituya al protocolo de Kioto.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha pedido a los países que dejen de «regatear» y ha anunciado que España pondrá 100 millones de euros adicionales para que los países menos desarrollados se adapten «a las consecuencias inevitables del cambio climático».

la vicepresidenta del gobierno junto a otras autoridades, inaugura la conferencia
Foto:Moncloa

Tienen cinco días por delante para llegar a un acuerdo en el que ni los más optimistas creen.

Delegados de 170 países han escuchado, en la sesión de apertura, al Delegado de la ONU, Yvo de Boer, decir que se necesita un nivel de ambición comparable al del cambio climático. Y a la ministra de Energía y cambio Climático de Dinamarca, Connie Hedegaar, «el mundo no puede esperar más. ¿Alguien piensa que será más fácil la próxima primavera o dentro de un año?».

"Estos últimos cinco días son críticos en el camino al éxito en Copenhague. Tienen que ser utilizados con sabiduría", ha advertido el máximo representante de la ONU para el cambio climático, Yvo de Boer.

Por su parte la ministra de medio ambiente de Dinamarca, Connie Hedegaard, ha dicho a los delegados que deben encontrar opciones claras para que los ministros puedan llegar a un acuerdo en Copenhague y ha terminado con una frase muy clara "No la próxima vez, sino ahora, este viernes".

La Conferencia de la ONU en Copenhague se celebrará del 7 al 18 de diciembre y de ella deberá salir un nuevo acuerdo contra el cambio climático que prolongue y acentúe los del protocolo de Kioto que concluye en 2012. Naciones Unidas quiere que el nuevo acuerdo esté listo para entrar en vigor el 1 de enero de 2013.

El principal escollo, en el que se estancan las conversaciones, es la ayuda económica que necesitan los países en vías de desarrollo para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y para adaptarse a los efectos terribles del cambio climático. La UE considera que los países desarrollados deberán dar 100.000 millones de euros hasta 2020. El problema es qué cantidad corresponde a cada país y quien lo va a gestionar.

Las emisiones de dióxido de carbono de África, el continente más vulnerable, representan un pequeño 3,7 % del total mundial. Se debe, en su mayoría, a la deforestación, la quema de gases y la energía basada en el carbón. La adaptación será difícil, son muchos pequeños países divididos en numerosos grupos étnicos, con una mínima industria y un casi nulo ambiente de negocios.

La economía, de supervivencia, es rural y según los expertos en 2050 los cultivos de trigo se van a reducir en un 30 % por el cambio climático y los precios se duplicarán. La coordinadora de programas de adaptación para el cambio climático de África, Linda Fairhurst, ha dicho a IPS, que ya se están viendo las consecuencias en la provisión de agua, el saneamiento, el sustento, el transporte y la energía. Ciudades como Maputo en Mozambique o Dar es Salaam en Tanzania corren grave peligro por la subida del nivel del mar.

Los representantes africanos, dicen que las responsables del calentamiento global son las naciones industrializadas. Por lo que deben apoyar a las más pobres con transferencia de tecnología, apoyo financiero y desarrollo de infraestructuras. Mientras que los compromisos de los países pobres deben ser voluntarios. euroXpress