La expectación que había levantado este Consejo europeo ante las turbulencias de los mercados y del euro en los últimos días se ha visto defraudada. Los 27 sólo han hecho declaraciones con el objetivo de afianzar la estabilidad de la zona euro y dejar clara la solidaridad con Grecia para evitar la suspensión de pagos.
Y hasta ahí. Ninguno de los líderes europeos ha concretado cómo piensan actuar, se supone que para no dar pistas a los mercados, y serán los ministros de Finanzas quienes concreten la próxima semana, sobre lo ya conocido: que su plan de austeridad sea riguroso y que será vigilado de cerca. Se pide a Atenas que su déficit público quede en el 4% ya el año que viene. Todos han dejado claro que Grecia no ha pedido ayudas concretas a la UE, de modo que se trataba, al parecer, de mostrar el respaldo de la UE a uno de sus socios y evitar recurrir al Fondo Monetario Internacional en caso de necesidad. Francia y Alemania liderarán el plan de rescate.
El presidente estable de la UE, Herman Van Rompuy, ha dicho que el mensaje tiene dos partes: «la responsabilidad de Grecia y un compromiso de solidaridad, si fuera necesario».
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha aprovechado para intentar demostrar que la situación española no es comparable a la griega, como se ha dicho en los últimos días.«No era cierto y ha quedado clara la solvencia y estabilidad de las cuentas públicas españolas».
Sobre es escaso papel de la presidencia de turno en la gestación del acuerdo de rescate a Grecia, Zapatero dice que «es una solución europea, por tanto europeísta».
A la vista de la situación económica y de esta primera crisis del euro, parecía obligado insistir en la necesidad de un gobierno económico europeo y así se ha hecho.
El presidente Nicolás Sarkozy y la canciller Angela Merkel han comparecido juntos en rueda de prensa para de nuevo marcar el liderazgo del eje franco-alemán. «Todo el mundo estuvo de acuerdo. Es una de las lecciones de la crisis: se necesita un gobierno económico europeo», dijo Sarkozy. Merkel pidió una posición homogénea y eficaz entre los 27 y añadió que «la credibilidad es lo más importante para un gobierno económico europeo».
Van Rompuy ha propuesto que se celebren cumbres mensuales a partir de diciembre y que los 27 actúen como un órgano de gobierno económico de la UE. Zapatero ha abundado en la idea. Concreciones, ninguna.
La cumbre se había convocado en principio para marcar las pautas de la futura estrategia de crecimiento y empleo de la UE. Se ha hablado poco de ello. El presidente de la Comisión europea, José Manuel Durao Barroso, ha dicho que «la prioridad debe ser acelerar la salida de la crisis y construir un nuevo modelo económico sostenible, inclusivo y competitivo».
El anuncio de acuerdo sin detalles ha provocado bajas en los mercados bursátiles. El Ibex ha llegado a perder un 3%. euroXpress