El portavoz de las fuerzas de Kiev, Vladislav Selezniov, en declaraciones al diario 'Ukraínskaya Pravda', ha asegurado que el primer asalto se dio sobre las 6 de la mañana (hora local) con «un amplio frente de armas e infantería». Además, el portavoz ha indicado que los separatistas llevaron a cabo hasta cuatro ataques durante la pasada noche.
Lejos de cumplir con la tregua decretada hace un mes, el jefe de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexandr Zajárchenko, arengó a los suyos diciendo que en «dos o tres días como máximo» el aeropuerto pasará a estar bajo el control separatista. Este objetivo es clave, porque el ejército ucraniano ataca la ciudad de Donesk desde esta posición según han señalado los milicianos.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, realizó una llamada telefónica al Gobierno ruso con el objetivo de que calmaran a los separatistas, según ha indicado el portavoz del ejecutivo bávaro, Steffen Seibert. Merkel avisó que el alto el fuego negociado «debe ser respetado por completo» por lo que Rusia tendrá que ejercer una «influencia moderada» para frenar el conflicto. Además, dijo que la frontera entre ambos países necesitaba ser vigilada, por lo que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) tiene una gran importancia en el conflicto, y cuenta con el apoyo de su país.
Desde el Kremlin, se ha señalado en un comunicado que durante la conversación telefónica iniciada por Merkel, se habló sobre la importancia de retirar las armas pesadas. El presidente ruso, Vladimir Putin, insistió en que era necesario acabar con los ataques sobre civiles por parte del ejército ucraniano.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, escribió ayer una carta a Putin advirtiéndole de que no se modificará el acuerdo de libre comercio entre la UE y Ucrania, a pesar de que el mandatario ruso le exigiera en otra misiva revisar este pacto. «El Acuerdo de Asociación es un acuerdo bilateral, por lo que, en línea con el Derecho internacional, cualquier adaptación solo puede hacerse a petición de una de las partes, con el visto bueno de la otra parte», explica Barroso.
Este acuerdo trilateral está respaldado por Moscú, después de haber aceptado la petición rusa de que la parte comercial no entre en vigor hasta 2016. Fue admitido por «todos los participantes» y «expresado en una declaración ministerial», según explica Barroso, quien además recuerda que dicha propuesta «contraviene las conclusiones acordadas conjuntamente y la decisión de retrasar la aplicación provisional de la parte comercial».
Barroso despide su carta dejando claro la preocupación que existe por este incidente y por las consecuencias que puede acarrear al pueblo ucraniano. Hace hincapié en el firme compromiso de Bruselas para llegar a una solución en las negociaciones para garantizar el suministro de gas para el próximo invierno a las regiones ucranianas, y en que se cumpla sin excepción el alto el fuego de Minsk. Un acuerdo que incluye la retirada de todas las fuerzas y equipos militares extranjeros.
La alta representante de la Unión Europea, Catherine Ashton, ha reclamado que se cumpla el alto al fuego pactado en Ucrania y condena los episodios de violencia con disparos y bombardeos contra civiles en el este ucraniano. «Estamos muy preocupados por la intensificación de la violencia, que ha producido la muerte trágica de muchos civiles cerca de una escuela en Donetsk».