Manuel Relvas, es el ministro más polémico de Portugal, que ha protagonizado varios escándalos en los últimos años. Considerado la mano derecha de Passos Coelho, se ha visto obligado a dimitir después de que le denunciaran por irregularidades en la obtención del título de licenciado en política y relaciones internacionales. Además había sido acusado por los periodistas de presiones y amenazas y sus relaciones con un antiguo jefe de los servicios secretos al que acusan de espiar a personalidades y empresas.
No es el único problema del frágil gobierno de Passos Coelho, que esta semana ha superado, con los votos de los socialdemócratas de derechas y del Partido Socialista -con los que forman mayoría absoluta- una moción de censura del Partido Socialista.
Y para acabar de cerrar el círculo de crisis político-económica, el país vive expectante de la decisión del Tribunal Constitucional, que podría echar abajo las cuentas públicas del ejecutivo luso. Los magistrados podrían rechazar los puntos más criticados de los presupuestos que han supuesto una fuerte subida de impuestos, aplicar una tasa especial para los jubilados, y quitar la paga extra a los funcionarios y pensionistas que cobren más de 1.300 euros al mes.