El informe proporciona información actualizada sobre las últimas tendencias respecto a la movilidad de los trabajadores, en las que se confirma que entre los trabajadores que se han trasladado a otros Estados miembros hay mayores tasas de empleo y que estas personas tienen un nivel educativo más alto.
Para el Comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la UE, László Andor, para muchos es muy difícil encontrar un puesto de trabajo, especialmente los que llevan mucho tiempo en paro. «Los Estados miembros deben redoblar los esfuerzos por apoyar la creación de empleo y luchar contra la exclusión social, especialmente a través de las políticas activas del mercado de trabajo y de mayores inversiones en el terreno de lo social.»
Para la UE es prioritario ofrecer a todos los jóvenes una verdadera oportunidad de integrarse en el mercado laboral poniendo en práctica la Garantía Juvenil, y también «queda mucho por hacer para ayudar a los desempleados de larga duración».
Entre las últimas señales positivas, el Estudio trimestral destaca que se están creando empleos en el sector privado, principalmente en los servicios, y que el desempleo sigue bajando, aunque muy lentamente.
Los niveles de empleo actuales, con cerca de 224 millones de personas ocupadas, están por debajo del nivel anterior a la crisis, a mediados de 2008 unos 230 millones de personas tenían trabajo. Las tasas de desempleo se mantienen próximas a niveles históricamente elevados, el 10,4 % en abril de 2014, tras un valor máximo del 10,9 % que se observó en todo el primer semestre de 2013.
Existen grandes diferencias en los niveles de desempleo entre los Estados miembros y sigue siendo preocupante la calidad de los puestos de trabajo, teniendo en cuenta que si hay más empleo se debe principalmente al aumento de empleos temporales y a tiempo parcial. Y lo más alarmante es que el desempleo de larga duración se sigue incrementando en los países con tasas de desempleo más elevadas.
La situación del mercado de trabajo sigue siendo muy difícil para los jóvenes menores de 25 años, con una tasa de desempleo del 22,5 % en abril de 2014, mientras que la mejora del empleo ha beneficiado hasta ahora ante todo a los trabajadores de más edad entre 55 a 64 años. Por tanto, el desempleo ha afectado en primer lugar a los jóvenes, que se sienten desanimados para buscar trabajo.
Para apoyar la transición de la escuela al trabajo, la Comisión ha propuesto recomendaciones específicas a cada país para que mejoren los servicios públicos de empleo y de educación, que fomenten la formación de aprendices, y que apliquen con urgencia la Garantía Juvenil.
Las mujeres siguen arrastrando un mayor índice de desempleo
Aunque se han reducido las diferencias entre mujeres y hombres en la UE en los últimos años, los datos más recientes muestran que la tasa de desempleo está disminuyendo menos en el caso de las mujeres que en el de los hombres. Además, ellas tienden mucho más al subempleo en todos los grupos de edad (trabajo a tiempo parcial involuntario), y se mantienen grandes diferencias entre países por lo que se refiere a las tasas de participación de las mujeres en el mercado laboral y el número de horas de trabajo.
La Comisión ha efectuado también una serie de Recomendaciones específicas por país algunos Estados miembros en lo relativo a las mujeres, para que las incentiven a trabajar, especialmente ofreciendo servicios de guardería asequibles y de buena calidad y aumentando los incentivos fiscales.
Aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral es esencial para alcanzar el objetivo de empleo del 75 % para las personas de entre 20 y 64 años de edad establecido en la Estrategia 2020..
Ciudadanos «móviles»: con un nivel educativo alto y una mayor tasa de empleo
Las tendencias recientes en la evolución de la movilidad de los trabajadores en la UE confirman que los ciudadanos que se han desplazado a otros Estados miembros tienen tasas de empleo más altas que la población local y, en contra de lo que se quiere hacer creer, no recurren a las prestaciones de la seguridad social más que los nacionales.
El informe de la CE muestra asimismo que, si bien la movilidad disminuyó en la UE durante el bienio 2010-2011, ha empezado a recuperarse en el periodo 2012-2013, aunque con notables diferencias entre países. Sobre todo los países más afectados por la crisis económica han registrado fuertes aumentos en los flujos de salida de trabajadores hacia otros Estados miembros y hacia países no pertenecientes a la UE.
En comparación con los años anteriores a la crisis (2004-2008), ha aumentado el número de trabajadores que se desplazan dentro de la UE desde los países del sur (+ 38 %), mientras que ha descendido el flujo de trabajadores procedentes de Polonia (– 41 %) y Rumanía (– 33 %), los dos principales países de origen.
Los trabajadores «móviles» procedentes de países del sur constituyen actualmente el 18 % del total de los flujos de migrantes dentro de la UE, frente al 11 % anterior, si bien la mayoría de los migrantes dentro de la UE en el periodo 2009-2013 procedían todavía de Estados miembros de Europa Central y Oriental (el 58 %) a pesar de haberse registrado un descenso (en 2004-2008, se constató un flujo del 65 %).
Los trabajadores que salen de su país se dirigen sobre todo a Alemania, Austria, Bélgica y los países nórdicos y, menos a España e Irlanda, aunque, en conjunto, Alemania y el Reino Unido son los dos principales países de destino.
Por lo que se refiere a los grupos de edad, la movilidad dentro de la UE sigue siendo mayoritariamente joven, pero se ha reducido el porcentaje de población entre 15 y 29 años (del 48 % al 41 %). Por último, ha aumentado el porcentaje de los trabajadores de la UE desplazados a otros países con un nivel alto de formación: en los años 2009-2013, el 41 % tenía estudios universitarios, frente al 27 % del periodo 2004-2008.