El estilo de vida es un factor determinante en la morbilidad y mortalidad de la población. Diferentes estudios hacen referencia a la función de la actividad física como elemento protector ante enfermedades tanto físicas como mentales, e incluso frente a la muerte. Por el contrario, la inactividad física ha sido relacionada con la mortalidad, así como con una baja calidad de vida.
Diversas instituciones han elaborado recomendaciones mínimas de actividad física atendiendo a su frecuencia, duración e intensidad, para tratar de lograr beneficios sobre la salud. Las más aceptadas son las que trazaron conjuntamente los Centers for Disease Control and Prevention y el American College of Sports Medicine (ACSM) en 1995. Dichas recomendaciones fueron actualizadas posteriormente en 2007 por el ACSM y la American Heart Association (AHA). En líneas generales, en ellas se establece la necesidad de realizar al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico moderado cinco días a la semana o un mínimo de tres días de ejercicio aeróbico intenso con una duración de al menos 20 minutos cada día, o una combinación de ambos tipos de trabajo. Sin embargo, pese a los beneficios que conlleva la práctica regular de actividad física, aún existen elevados porcentajes de población inactiva o que no alcanza las recomendaciones mínimas que acaban de ser descritas.
La actividad física puede desarrollarse en tres ámbitos o dominios diferenciados como son el trabajo u ocupación habitual, el transporte (desplazamientos caminando o en bicicleta para ir de un lugar a otro) y/o el tiempo libre. De ellos, la actividad física efectuada en el tiempo libre, entendida como el ejercicio o el deporte realizados con independencia del trabajo, la ocupación habitual y/o el transporte, es la que presenta habitualmente asociaciones positivas con distintos indicadores de salud. Por tanto, buena parte de los esfuerzos para la promoción de la actividad física deberían dirigirse específicamente a este ámbito o dominio.
Los resultados de la investigación en la que han participado Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en colaboración con la Universidad Europea y la Universidad Autónoma de Madrid, constatan que, en el caso concreto de la Comunidad de Madrid, el 76,3% de la población adulta no realizaba suficiente actividad física en el tiempo libre. Para determinar esta prevalencia del sedentarismo, se realizó un estudio transversal, empleándose la entrevista telefónica estructurada como técnica de recogida de datos. Se entrevistó a un total de 1.330 personas residentes en la región y con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años.
Cuestionario
Para cuantificar la actividad física en el tiempo libre e identificar a la población sedentaria, se utilizó la versión 2 del Global Physical Activity Questionnaire (GPAQv2), que consta de 16 preguntas. Este cuestionario proporciona información sobre la intensidad (moderada o vigorosa), la frecuencia (días en una semana típica) y la duración (horas y minutos en un día típico) de las actividades físicas desarrolladas en tres dominios: trabajo (empleo remunerado o no remunerado, estudio, tareas domésticas o búsqueda de trabajo), desplazamientos (caminando o en bicicleta) y tiempo libre (ocio). En el presente estudio solamente se consideraron los datos relativos a la actividad física efectuada en este último dominio, esto es, en el tiempo libre.
La alta incidencia de sedentarismo detectada entre los habitantes de la Comunidad de Madrid pone de manifiesto la conveniencia de articular políticas de salud pública encaminadas a incrementar la actividad física durante el tiempo libre. Además, de los adultos que viven en la región, los colectivos de población que tienen una mayor probabilidad de adoptar un comportamiento sedentario durante el tiempo libre, en comparación con sus respectivos grupos de referencia, son: las mujeres; las personas con edades comprendidas entre los 41 y los 50 años; las que tienen un estatus económico medio y/o bajo; así como aquellas que carecen de un modelo paterno y/o materno en cuanto a la realización de actividad física en el tiempo libre.
La información obtenida en este estudio puede ser útil para el diseño de estrategias de salud pública encaminadas a promocionar la actividad física en el tiempo libre en la Comunidad de Madrid, pero es necesario llevar a cabo más investigación que evalúe los niveles de actividad física de la población con métodos objetivos (por ejemplo, mediante acelerometría). Además, las futuras estrategias dirigidas a promover la actividad física deberían considerar también el papel de las variables relacionadas con el entorno de residencia, no analizadas en este estudio (diseño urbano, sistemas de transporte, disponibilidad de espacios verdes y de equipamientos deportivos, etcétera), sobre los niveles de actividad física de la población.