Objetivo, evitar que la UE y en particular la zona euro entre de nuevo en recesión. Los últimos datos económicos en algunas de las principales economías europeas han hecho saltar todas las alarmas. Alemania se enfría, con una industria que pese a que sigue creciendo se desacelera. Italia, entra en recesión por tercera vez desde 2008. Francia se sitúa en punto muerto mientras su desempleo alcanza máximos históricos... y la historia, se repite en otros muchos países europeos.
La reacción del Banco Central Europeo se estaba esperando. No está dispuesto a que la sombra de la recesión vuelva a empañar una, para muchos, incipiente aunque utópica salida de la crisis. El BCE ha colocado los tipos de interés al límite, algo nunca visto en la economía europea. Pero, ¿cómo afecta directamente esta decisión al ahorrador de la calle?
Podría suponer una ventaja competitiva para las empresas españolas que desarrollen su negocio en mercados exteriores. Y es que la bajada del euro, que se sitúa en un cambio de 1,28 dólares, debería según los analistas permitir un repunte de las exportaciones españolas, algo alicaídas en los últimos tiempos aunque aún en números positivos todavía.
La bajada del tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito hasta el -0,2% desde el -0,1%, también va a ayudar a abaratar el crédito para que los ciudadanos y empresas se puedan financiar más y mejor, esto quiero decir que tanto, familias como empresas podrían acceder a créditos en mejores condiciones siempre que los bancos estén dispuestos a concederlos.
Buenas noticias también para las hipotecas, sobre todo para aquellas referenciadas al Euribor, ya que se prevé una importante reducción en las cuotas. Sin embargo para los economistas, esta no será una acción ipso facto y debería producirse si las diferentes entidades bancarias hacen un mayor esfuerzo que el establecido durante los últimos años. El acceso a la financiación por parte de las empresas y particulares sigue siendo uno de los principales bastiones para restablecer un mercado de la vivienda totalmente desequilibrado en Europa y que se no prevé que se normalice hasta, al menos, el año 2020.
Así mismo, unos tipos bajos de interés condicionan la rentabilidad de activos tan conservadores como los depósitos. En este escenario, las opciones para obtener más rentabilidad pasan por asumir algunos riesgos, teniendo en cuenta que no existe un producto perfecto, sino que depende del perfil inversor de cada uno. Mientras que los fondos de inversión se sitúan como una alternativa interesante, accesible para todo tipo de bolsillos, gracias a la mejora de sus ventajas fiscales y a su gran liquidez. Por otro lado, también ganan las empresas endeudadas ya que su coste de financiación se reduce.