El pasado año BDVA firmó un acuerdo con la Comisión Europea que generará una inversión de 2.500 millones de euros, a través de fondos públicos y aportaciones privadas; para la investigación e innovación en Big Data durante los próximos cinco años (2016-2020).
El dominio del sector del big data podría significar hasta el 30 % de este mercado mundial para los proveedores europeos; 100.000 nuevos puestos de trabajo relacionados con la explotación de datos en Europa de aquí a 2020; y una reducción del 10 % del consumo de energía, mejores resultados sanitarios y una maquinaria industrial más productiva.
De este mundo tan nuevo y lleno de posibilidades nos habla Ernestina Menasalvas, profesora titular de la Universidad Politécnica de Madrid y experta en Big Data.
Últimamente cada vez se oye más hablar de la importancia que tendrá el Big Data en el futuro. ¿Cómo le explicaría a alguien sin conocimientos técnicos que es eso del Big Data?
Ernestina Menasalvas - Lo primero que hay que aclarar es que el Big Data no tiene nada que ver con la informática. Se refiere al almacenamiento de grandes datos. Pensemos en la evolución de los datos desde que éstos se empezaron a automatizar. En estos años se han creado muchas bases de datos. Y las nuevas tecnologías no hacen sino aumentar ese proceso de almacenamiento. Ahora contamos con móviles, pulseras y otros dispositivos que recogen datos. Todos ellos están almacenados y pueden aportar una información de gran valor.
eXp.- Usted habla de datos en general, ¿qué características definen al Big Data?
E.M.- Cuando intentamos definir el Big Data hay que tener en cuento lo que nosotros denominamos las cinco 'v'. En primer lugar hablamos de la gran velocidad y el gran volumen de datos que recogemos. También de la variedad, porque en el Big Data cabe todo tipo de datos y en cualquierformato. Por último está el valor, porque detrás del análisis de los datos hay mucho dinero si se consigue monetizar el proceso. Y por último está la veracidad. Al fin y al cabo el Big Data afecta a la sociedad en su conjunto y a todos los sectores.
eXp.- Y una vez que hemos conseguido crear esos grandes almacenes de datos, ¿cuál es el siguiente reto que se plantea al Big Data?
E.M.- El reto, ahora que tenemos múltiples dispositivos para recoger datos es conseguir analizarlos. Pero hay que tener en cuenta que siempre hay que preservar todo el proceso: hay que almacenarlos pero también asegurarse de que son íntegros. De hecho ya se dice que la profesión del futuro será la de data scientist, es decir, la de un analista de datos que pueda dar una utilidad concreta al Big Data.
eXp.- ¿Podría poner algún ejemplo de cómo podrán utilizarse esos datos?
E.M.- Los ejemplos de marketing son los más obvios. Pero también se puede aplicar en la administración, como por ejemplo en un hospital. Analizando pacientes, historiales, sus hábitos de vida... se pueden mejorar los diagnósticos y prevenir mejor las enfermedades. También se podría utilizar en la banca para conocer, por ejemplo, los hábitos de consumo de sus clientes, y ofrecer productos financieros a medida. Otra aplicación puede ser para mejorar los procesos de recursos humanos. Y como consumidores también puede sernos útil, como ocurrió con Internet hace unos años. Por ejemplo, analizando nuestros datos podremos recibir en nuestro buzón sólo la propaganda que verdaderamente nos interese.
eXp.- Entiendo entonces que el verdadero reto pasa por conseguir monetizar el análisis de los datos...
E.M.- Efectivamente. El verdadero reto del siglo XXI es conseguir trasformar el análisis de datos en un negocio y conseguir utilizar la tecnología para dar un servicio. Es un sector en el que se podría llegar a mover mucho dinero.
eXp.- ¿No le parece que da un poco miedo pensar que alguien lo puede saber 'todo' de nosotros?
E.M.- Puede dar miedo igual que lo ha dado siempre cualquier avance tecnológico. Es cierto que el análisis de datos se podría utilizar de manera poco ética, pero lo mismo ocurre con Internet o con la energía nuclear. Para evitar el riesgo hay que asegurar que todos los que trabajamos en el proceso lo hagamos conforme a lo que dictan las leyes en materia de privacidad y protección de datos. No se trata de crear una especie de gran hermano que controle la sociedad. Los datos se van generando y se analizan en su conjunto para extraer patrones de conducta o hábitos de consumo. Nadie habla de analizar la vida de las personas.
eXp.- ¿Podríamos pensar que el Big Data es el gran invento del siglo XXI?
E.M.- Algunos dicen que los datos son el nuevo petróleo del siglo XXI y ya se dice que el data scientist será la profesión más demandada en las próximas décadas. Son especialistas que se van a demandar en todos los países y en todos los sectores. Será un proceso similar al que ocurrió en la década de los 60 con la automatización. Además, a día de hoy no hay tanta gente formada en este campo. Por otro lado, la tecnología de datos no hace más que avanzar, cada vez hay más datos y cada vez está más generalizada. Ahora recibimos datos de manera continua y en tiempo real y tenemos que conseguir ordenarlos y analizarlos a tiempo.
eXp.- ¿En qué lugar está Europa en el campo del Big Data?
E.M.- En Europa hay muchas iniciativas y es una de las grandes potencias en esta materia. Además cuenta con programas específicos de formación integral. Gracias a una iniciativa europea se ha puesto en marcha un máster en Data Science con participación de la Universidad Politécnica. También existen grupos de trabajo europeos mediante iniciativas private-public partnership, que se están financiando con fondos de la estrategia 2020.