Se abrió el debate, moderado por Clara Navío presidenta de la asociación de periodistas ambientales (APIA), con el tema del cambio climático y los dos posibles modelos energéticos: el que apuesta por la energía nuclear y el fracking o el de las renovables. Dos temas de fricción entre los diferentes partidos.
Para Florent Marcellesi, cabeza de lista al Europarlamento de Equo, la UE debe ser más ambiciosa en sus planteamientos y volver a liderar las acciones para combatir el cambio climático. En cuanto a la energía para su grupo no cabe duda de que hay que apoyar a las renovables que además «crean empleo».
Juan Fernando López Aguilar, actual eurodiputado y candidato del PSOE, ha afirmado que su partido tiene incorporada en su programa la lucha contra el cambio climático desde hace años y ha hecho hincapié en la necesidad de la interconexión energética.
Paloma López, cabeza de lista de IU, ha explicado que su formación ha elaborado el programa con la participación de la ciudadanía que ha hecho más de 1.000 aportaciones. Proponen que las subvenciones sean únicamente para las renovables, que la UE considere la energía como un bien público y que promueva un nuevo tratado mundial sobre el clima.
En cuanto a Pilar Ayuso eurodiputada y candidata del PP, ha afirmado que el cambio climático y el transporte deben ser las estrellas de la política energética de la Unión pero sin olvidar la realidad. Es decir, que los precios «sean competitivos para el consumidor», la seguridad en el suministro y el respeto por el medioambiente.
El fracking ha sido uno de los temas de controversia, IU, Equo y PSOE se han manifestado abiertamente en contra de esta técnica para extraer gas de la roca. El Partido Popular no se define «ni a favor ni en contra», cree que la postura de la UE de dejar a los Estados miembros que decidan es la correcta.
La pobreza energética, que ha provocado la muerte de hasta 10.000 personas al año en España, Polonia o Alemania ha sido otro de los temas que las organizaciones han planteado a los partidos políticos y que la mayoría de ellos lleva en sus programas.
Contaminación, todos de acuerdo con la política de residuos, aunque con matices
La pregunta concreta ha sido si estarían de acuerdo los partidos políticos con la reducción del uso de recursos naturales y mejorar la política europea de residuos.
Un tema que para López Aguilar ha marcado una línea divisoria en el Parlamento europeo en la legislatura que ahora termina, «a un lado los conservadores y del otro los progresistas», ha dicho, y ha echado la culpa de la escasa financiación que el presupuesto comunitario para los próximos años reserva para inversiones en el agua, el aire o los residuos «a la mala gestión que la UE ha hecho de la crisis».
Aunque desde Izquierda Unida, le han reprochado que digan una cosa a los ciudadanos y en el Europarlamento voten otra junto al Partido Popular.
Protección de la diversidad
Los representantes de Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Seo/BirdLife y WWF han señalado la importancia que a nivel europeo tendrá el medioambiente en los cinco próximos años por el gran número de normativas y compromisos que se deberán adoptar. Entre los que la conservación de la biodiversidad ocupa un lugar preferente.
Todos los grupos políticos han coincidido en la necesidad de reforzar la legislación, la fiscalidad ambiental y ampliar la protección de la Red Natura 2000. Para Equo la protección de la biodiversidad es fundamental para luchar contra el ladrillo y su invasión de la costa. En general han mostrado su acuerdo con la política de pesca aprobada en la UE recientemente y se han declarado disconformes, a excepción del PP, con la política agraria común a la que han achacado una buena parte de la pérdida de la biodiversidad en la Unión.
Otro tema controvertido ha sido el Tratado de Libre Comercio que la UE está negociando con Estados Unidos (TTIP), con poca transparencia según las organizaciones. Equo no entiende que se pueda hacer un tratado de este tipo «con quien espía». Por su parte Izquierda Unida ha dicho que va en contra de la soberanía alimentaria ya que hará bajar los estándares de calidad de la UE.