Obama, ha empezado la rueda de prensa recordando que Europa es «el más próximo aliado de Estados Unidos» . «Los cimientos de la UE se crearon tras dos guerras con el objetivo de crear paz y prosperidad y el respeto a la soberanía de los pueblos, algo que Rusia ha violado». Así de contundente se ha mostrado el Presidente estadounidense al referirse a los recientes acontecimientos en los que la península de Crimea, al sureste del Ucrania, se ha unido a Rusia tras un «referéndum ilegal, que fuera de las fronteras rusas no se ha tomado en serio», ha aseverado.
También ha afirmado que la diplomacia es la única vía para presionar a Rusia, pero ha dejado claro que si Rusia continúa sin acatar las leyes internacionales, estará cada vez «más aislada» de la comunidad internacional. «La sanciones más severas desde el fin de la Guerra Fría», ha sentenciado.
Los Presidentes han asegurado que mantienen «una excelente colaboración» para emprender sanciones contra Rusia. En este sentido, el Presidente Barroso cree que no debe haber ninguna «competición» para ver quién sanciona más a Rusia, porque considera que cualquier castigo de Europa hacia Moscú siempre será efectivo, por la estrecha relación que mantienen ambas potencias.
Asimismo, otro de los temas candentes de la reunión de hoy es la energía. Las sanciones hacia Rusia, tienen consecuencias también para Europa, estrechamente dependiente del gas que proviene del país, en especial el este del continente.
Barroso ha recordado que se ha abierto una nueva vía desde Azerbaiyán para hacer llegar gas hacia los Estados miembros que lo necesiten. También ha precisado que gracias al acuerdo de Asociación transatlántica, Estados Unidos podrá ser un socio muy importante para Europa también en la exportación de este recurso. «Europa tiene que trabajar para reducir la dependencia que tiene del gas» y considera que la crisis con Rusia ha sido «una llamada de atención» para intentar solventarlo.
La Alta Representante de Exteriores, Catherine Ashton y el Secretario de Estado John Kerry se reunirán la semana próxima para tratar, entre otras temas, la exportación de gas desde Estados Unidos; así como de la próxima Cumbre del G-7 que tendrá lugar en Bruselas el próximo junio, en lugar de la proyectada del G-8 que tendría que celebrarse en la misma fecha en Sochi.
Otros temas que se han tratado ha sido el desarme nuclear de Irán, la guerra en Siria y las fuerzas desplegadas en la República Centroafricana.
Asimismo, Van Rompuy ha informado que la UE seguirá con las negociaciones para firmar un acuerdo con Georgia y Moldavia, dos países fuertemente ligados históricamente con Rusia y que en los últimos tiempos han tenido enfrentamientos con el Gobierno del Kremlin. Moldavia tiene cerca de sus fronteras la región de Transnistria, que se escindió del país en 1990, aunque no está oficialmente reconocida como nación y cuyo gobierno anunció la semana pasada que pretende anexionarse a Rusia.
Por su parte, Georgia cuya antigua región de Osetia del Sur, declaró su independencia unilateralmente en 1991, aunque nunca fue reconocida, se considera una nación admitida principalmente por Moscú.
La reunión entre los líderes europeos y el presidente Obama también ha tenido un hueco para centrarse en el comercio. Estados Unidos es el principal socio de la Unión Europea, el 28% de las exportaciones de los Veintiocho son hacia el país. Sin embargo, son Alemania y el Reino Unido los que más exportan hacia Estados Unidos, el 31% y el 15% respectivamente del total de productos europeos que van hacia el país son de los dos Estados miembros.
Por otra parte, la Cumbre de hoy entre Estados Unidos y la UE ha sido la primera visita de Obama a la capital comunitaria como presidente y la primera que se ha celebrado en Bruselas tras el escándalo de las escuchas del Servicio Nacional de Inteligencia estadounidense destapadas por el ex agente Edward Snowden. A las que se ha referido el Presidente Obama, aunque sin mencionarlas, ha asegurado que no firmaría ningún acuerdo que «debilitara la protección de los consumidores».
Las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la Unión Europea comenzaron en 1953 en el contexto de la Guerra Fría, pero hasta 1990 no se formalizaron los acuerdos transatlánticos. En 2007 se creó el Consejo Económico Transatlántico con el objetivo de fortalecer las relaciones económicas y comerciales entre los Veintiocho y Estados Unidos.