Bruselas, IPS - Antes de que comience la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, que se celebrará del 13 al 16 de julio en la capital de Etiopía, la Unión Europea (UE) reclama un «verdadero cambio de paradigma» en la cooperación para el desarrollo internacional.
A la conferencia de Addis Abeba le seguirán la Cumbre Post 2015 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, en septiembre, y la reunión sobre cambio climático en París, en diciembre.
«Estas reuniones definirán nuestro futuro y establecerán el nivel de ambición de la comunidad internacional en los años y décadas por venir», ha dicho el comisario europeo para la Cooperación Internacional y el Desarrollo, el croata Neven Mimica.
Las tres ofrecerán una oportunidad «única en la vida» para «acabar con la pobreza, lograr la prosperidad compartida, transformar las economías, proteger el medio ambiente, promover la paz y garantizar el respeto de los derechos humanos», ha afirmado.
La Comisión Europea, considera que los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que se acordarán en la cumbre de Nueva York en septiembre no solo deben abarcar los desafíos de desarrollo «tradicionales», como la pobreza, la salud y la educación, sino ir mucho más allá y abordar la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible en conjunto en sus dimensione económica, social y ambiental.
La Comisión reclama que se «avance hacia una agenda universal». Eso significa que las metas y objetivos que se acuerden en Nueva York se aplicarán a todos los países, desafiándolos para lograr avances en el país, al tiempo que contribuyan al esfuerzo internacional. «Una agenda que intenta abarcar tanto solo se podrá realizar mediante una alianza verdaderamente global», aseguró Mimica.
El comisario de la UE está respaldado por un grupo de expertos de Alemania, Finlandia, Francia y Luxemburgo, que redactaron la quinta edición del Informe Europeo sobre Desarrollo (IED), titulado «La combinación de las finanzas y las políticas para poner en marcha una Agenda de Desarrollo Post 2015 transformadora».
Mimica quiere que el programa sirva para movilizar la acción de todos los países y las partes interesadas a todos los niveles en los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. El mensaje principal del informe IED, lanzado este lunes 4, es que la política de Estado y las finanzas van de la mano y que ambas son esenciales para implementar una agenda de desarrollo post 2015 transformadora.
Basado en la evidencia existente y las experiencias específicas de cada país, el informe demuestra que la financiación por sí sola no es suficiente, ya que rara vez alcanza los objetivos buscados, a menos que se acompañe de políticas complementarias.
«Los resultados y el análisis contenidos en el informe proporcionan una contribución basada en la investigación muy valiosa para el debate, sobre todo en vista de la conferencia de Addis Abeba sobre la financiación para el desarrollo», señala el comisario.
«En este año crucial para la cooperación internacional para el desarrollo, el IED 2015 puede servir como un punto de referencia clave, no sólo para la UE, sino para la comunidad internacional en su conjunto», ha añadido en la presntación del informe.
Sus conclusiones confirman tres pautas principales que regirían la acción de la Comisión Europea para poner en práctica la nueva agenda de desarrollo, en el sentido de que no se trata de desarrollo si no es sostenible, ni resiliente y no participan las mujeres. En muchos aspectos, el informe complementa y apoya el trabajo de la Comisión en la promoción de un enfoque global de los medios de aplicación de la agenda de desarrollo post 2015.
La importancia del informe queda subrayada por el hecho de que la UE en su conjunto se mantiene como el mayor donante de ayuda mundial, incluso en tiempos de restricciones presupuestarias considerables.
Según las últimas cifras, la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) de la UE, de sus instituciones y los Estados miembros, ha aumentado a 58.200 millones de euros, un 2,4 por ciento desde 2013, su mayor nivel nominal hasta la fecha. La ayuda colectiva europea representó 0,42 por ciento del ingreso nacional bruto (INB) del bloque en 2014.
La meta del 0,7 por ciento de la AOD/INB se reconoció formalmente en octubre de 1970. Entonces, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución que incluía el objetivo de que «cada país económicamente avanzado aumentará progresivamente su AOD a los países en desarrollo y realizará sus mejores esfuerzos para alcanzar un importe neto mínimo del 0,7 por ciento de su producto nacional bruto a precios de mercado para mediados de la década».
Hasta la fecha, el objetivo no se ha logrado, pero se ha vuelto a confirmar en reiteradas ocasiones al más alto nivel en las conferencias de ayuda y desarrollo internacional. «Estamos comprometidos en hacer nuestra parte en todos los aspectos de la agenda post 2015, incluidos los medios de implementación», asegura Mimica.
En una comunicación en febrero «propusimos a los Estados miembros la reconfirmación colectiva de la UE con el objetivo del 0,7 de la AOD/ING, y esperamos que haya acuerdo... antes deAddis Abeba», manifestó.
La AOD seguirá siendo, sin duda, importante en un contexto post 2015, en particular para los países menos adelantados, según Mimica.
«Al mismo tiempo, esperamos que otros socios, incluidas otras economías desarrolladas y actores emergentes, también den su aportación. Los esfuerzos de la UE por sí sola no serán suficientes», advirtió.