El primero en referirse a la apertura de conversaciones ha sido el príncipe Alberto de Mónaco en el tradicional mensaje a los monegascos del pasado 31 de diciembre. En él, el actual soberano de este país de apenas dos kilómetros cuadrados y 36.000 habitantes, ha señalado que serán sus conciudadanos quienes ratificarán libremente el futuro resultado de las conversaciones para alcanzar un acuerdo de asociación con la UE.
Desde mediados de 2014, las condiciones de esta asociación han concitado un vivo debate político y público dentro del principado. Para los partidarios, Mónaco se abriría aún más al mercado único europeo y el mismo Alberto de Mónaco se refirió a ello, «vamos a entablar negociaciones con la Unión Europea. No hacerlo sería irresponsable».
Sin embargo, colectivos de profesionales como médicos, abogados y arquitectos temen que al levantarse las barreras laborales lleguen personas de toda Europa para competir con ellos por sus puestos de trabajo. Cabe señalar que Mónaco mantiene en la actualidad la tasa de desempleo más baja del mundo, con apenas un 0,2% de personas sin trabajo.
El propio Alberto de Mónaco ha señalado que «los horizontes europeos parecen inquietantes» y las mayores preguntas se ciernen sobre los posibles beneficios para las industrias y el comercio del país. Y, por otro lado, subsiste el miedo a que la regulación comunitaria acabe imponiendo cambios no deseados por los monegascos.
En su mensaje de Nochevieja, el Jefe del Estado tuvo palabras para intentar tranquilizar a ese sector de la sociedad monegasca, «tengan la seguridad de que voy a estar atento para preservar nuestras especificidades, para proteger nuestra forma de desarrollo y nuestro modelo social».
Estrecha relación con la UE
La relación actual de cada uno de los tres estados con la Unión difiere ligeramente y está condicionada por el estatus constitucional y las relaciones respectivas de cada uno de ellos con los diferentes Estados miembros. Por ejemplo, San Marino dispone de un acuerdo general de cooperación con la UE, aparte de su relación con Italia. Mónaco se relaciona con la UE a través de Francia y Andorra dispone de un acuerdo general de cooperación con la UE, aparte de su relación con España y Francia.
Los tres países, se encuentran ligados comercialmente a la UE a través del Acuerdo de Unión Aduanera para Productos Industriales que entró en vigor en 1991. Un acuerdo que incluye también provisiones en relación al tratamiento arancelario para productos agrícolas, diferenciando si son originarios de alguno de estos países o de un país tercero, ya que los primeros están exentos del pago del Arancel Comunitario. Este Acuerdo se complementó con otro en 1997 sobre medidas veterinarias.
Los tres países, aunque no forman parte de la Unión, tienen economías profundamente ligadas a la de la UE. Adoptaron el euro como moneda única, San Marino en 2001 y el Principado de Mónaco en 2002, mientras que Andorra lo hizo de manera unilateral. Tienen en conjunto una población cercana a los 150.000 habitantes. Los Acuerdos de Asociación reforzarán la participación de los Estados en el mercado único y eliminarán algunas restricciones como la libre circulación de personas y el comercio.