Tras la cumbre tripartita que ha reunido a los jefes de la UE con sindicatos y patronal, ha habido mensaje para los indignados, conciliador solo hasta cierto punto. Tanto el presidente de la Comisión como el del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, consideran legítimas las quejas, entienden la frustración y la indignación de la sociedad, pero les dicen que esto es lo que hay.
«La austeridad o las medidas restrictivas son necesarias para restaurar los equilibrios fundamentales de la economía», ha dicho el presidente del Consejo Europeo. «Las preocupaciones de esos jóvenes sobre el crecimiento y el empleo son totalmente legítimas. Pero nuestra responsabilidad es afrontar este periodo impopular para salvaguardar un futuro mejor».
Barroso reconoce que el movimiento mundial indignado es el resultado de lo que ha ocurrido en elsector financiero, con comportamientos «irresponsables y a veces de naturaleza criminal», así que pide a los bancos que respeten los estándares éticos y hagan una contribución más justa al bien común.
La Comisión Europea ha confirmado este lunes que va a proponer sanciones de carácter penal por los abusos en el mercado y quiere que sean de la misma naturaleza en toda la UE.