La falta de detalles sobre las condiciones de la ayuda financiera europea a la banca española mantiene las incertidumbres en los mercados y el rescate, de momento, tiene el efecto contrario al perseguido. La rentabilidad del bono español a 10 años se acerca más al 7%, considerada la línea roja que hace insostenible la financiación de un país.
Pero además, a medida que se acerca la fecha de las elecciones griegas, el próximo domingo, crecen los miedos a una posible salida de Grecia de la eurozona si triunfan los partidos contrarios al programa de rescate europeo y más cuando se ha sabido que hay países que están preparando planes de emergencia por si finalmente ocurre.
Hay un tercer motivo que justifica la desconfianza de los inversores. La agencia Fitch, que ayer rebajó la nota de los dos principales bancos españoles, Santander y BBVA, hoy lo ha hecho con otras 18 entidades, en previsión de un deterioro de sus carteras crediticias. Por si fuera poco, el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, ha dicho que España cobrará a los bancos por lo menos un 8,5% anual por las ayudas que se entreguen.
Así que en la Bolsa, todos los bancos han cerrado en números rojos. El Ibex ha cerrado con una subida inapreciable del 0,09% que sitúa el índice en 6,523 puntos y representa unas pérdidas del 23,86% desde comienzo del año.