«Ésta no es la Europa que se imaginó hace décadas como un espacio de integración económica y política libre de la guerra. Y tampoco es ésta la Europa que prometió progreso económico y social, la ampliación de la democracia y los derechos al bienestar», sostienen los firmantes, quienes piden a la ciudadanía que aproveche las próximas elecciones europeas como una importante oportunidad «para rechazar el estancamiento neoliberal de Europa y los impulsos populistas, y para afirmar que otro camino para Europa es posible».
Desde Euro-pen, que agrupa tanto a economistas como a distintos grupos de la sociedad civil, exigen dar marcha atrás al Pacto Fiscal y el Pacto de la Estabilidad y de Crecimiento y consideran que la salida de la austeridad es posible a través de inversiones públicas dirigidas hacia una transición ecológica y financiada mediante el Banco Europeo de Inversiones. «Sin un fuerte estímulo de la demanda no hay forma de salir del estancamiento actual», sostienen.
Respecto al control de las finanzas, consideran que la inflación debe volver como mínimo al dos por ciento. «El Banco Central Europeo debe proveer liquidez para la puesta en marcha de políticas expansionistas y actuar como prestamista en último instancia en los mercados de bonos públicos», apuntan. Afirman que la deuda pública debe ser reestructurada. «Una reducción radical del sector financiero es necesaria, con la introducción de un impuesto sobre las transacciones financieras, la eliminación de las finanzas especulativas y el control de los movimientos de capitales», añaden sobre el segundo eje de acción.
La presión competitiva sobre la reducción de los salarios debería acabar, opinan respecto al problema del desempleo que asola Europa, especialmente a los países del Sur. «Los salarios no deben ser considerados un factor de competitividad sino un motor de crecimiento interno», añaden. También son partidarios de la introducción salarios mínimos en todo el ámbito europeo, ajustados al PIB per cápita de los distintos países. Además, los nuevos empleos que se creen tienen que estar relacionados con actividades económicas sostenibles desde la perspectiva medioambiental y social.
El cuarto eje del manifiesto, reducir la desigualdad, pasa por «necesarios cambios y profundos en los sistemas fiscales». Finalmente, la red de economistas críticos considera que «tenemos que impedir a los banqueros, los tecnócratas y los grandes lobbies empresariales tomar decisiones que afectan a todos/as», subrayan respecto a la necesidad de ampliar la democracia, que pasa también por un mayor control parlamentario y una mayor participación ciudadana.
Tratado entre Estados Unidos y la Unión Europea
En el manifiesto, las voces autorizadas también dedican unas líneas al tratado de libre comercio Estados Unidos-Unión Europea, que se está negociando estos días. La Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (ATCI) prevé «una merma significativa en los procesos democráticos, la formulación de políticas y la regulación pública; detener la ATCI debe ser una de las principales prioridades para el nuevo Parlamento», indican.
Por su parte, desde la Comisión Europea explican que el objetivo de las negociaciones para firmar el ATCI es eliminar las barreras al comercio (aranceles, normativa innecesaria, restricciones a la inversión, etc.), en una amplia variedad de sectores económicos, a fin de simplificar la compraventa de bienes y servicios entre la UE y los Estados Unidos, quienes también quieren facilitar a sus empresas la inversión en la economía de la otra parte. Las críticas hacia este nuevo acuerdo de libre comercio no son pocas: la opacidad del proceso de negociaciones o la presencia de numerosos lobbies en las mismas, son las más relevantes.
«Europa sólo puede sobrevivir si se toma otro camino. Europa tiene que significar justicia social, responsabilidad con el medio ambiente, democracia y paz», finaliza el manifiesto de Euro-pen. Este colectivo nació en el Foro Social Europeo Firenze 10+10 y reúne a grupos de economistas (EuroMemo Group, los Economistes Atterrés (Francia), Sbilanciamoci! (Italia), el Instituto Transnacional (Países Bajos), EconoNuestra (España), Econosphères (Bélgica), Beigewum (Austria), Transform! Europa, Critical Political Economy Research Network) y otros investigadores, institutos y coaliciones de la sociedad civil que critican las políticas económicas y sociales dominantes que han llevado a Europa a la crisis actual, según se autodefinen ellos mismos.