La Organización de las Naciones Unidas (ONU), que trabaja en situación de emergencia para combatir el brote de ébola en el occidente de África, está preocupada por el aislamiento que padecen las naciones más azotadas por la enfermedad, y que puede ser aún mayor.
«Es un temor psicológico», dijo a IPS el secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon. «Y hay una reacción en cadena». Ban advierte que no debería tomarse medidas que no estén basadas en evidencias científicas y médicas.
También señaló que la lucha contra el ébola es una «alta prioridad» para la ONU, y admite ser consciente de que la enfermedad ha tenido un «fuerte impacto en todo el espectro de nuestras vidas».
La advertencia del secretario general resonó en el Norte de África, después de que Marruecos se negó a ser anfitrión de la Copa Africana de Naciones 2015 en las fechas previstas, entre el 17 de enero y el 8 de febrero, por temor a que se propagase el virus del ébola en el país durante la competición.
«Esta decisión está motivada principalmente por los riesgos médicos que este virus impondría a la salud» de todos los africanos, declaró a la prensa el ministro de Deportes de Marruecos, Mohammad Ouzzine. El periódico estadounidense The New York Times señaló que «el temor a la propagación del ébola ahora ha puesto en jaque al torneo de fútbol más importante de África».
En respuesta, la Confederación Africana de Fútbol retiró el 11 de noviembre a Marruecos la organización del campeonato bienal de ese deporte, lo sustituyó por Guinea Ecuatorial, y vetó la participación de la selección magrebí en las próximas dos copas continentales.
Los tres países del occidente de África más afectados por el ébola son Liberia, Guinea y Sierra Leona. Marruecos pertenece al norte del continente. En julio, Seychelles perdió el derecho a un partido tras negarse a permitir que un equipo de Sierra Leona entrara en el país por preocupaciones en torno al ébola.
Mientras, circulan noticias no confirmadas de que cascos azules de Filipinas que volvieron a su país tras haber estado en Liberia, fueron temporalmente ubicados en una isla cerca de Luzon o a bordo de un barco.
Ante una consulta al respecto, el viceportavoz de la ONU Farhan Haq dijo a los periodistas que una vez que los cascos azules han completado sus misiones, estos soldados quedan bajo la autoridad de sus respectivos gobiernos. Ban señala que está agradecido a los países que han comprometido «enormes recursos» para combatir el ébola.
Entre ellos figuran Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Japón, Francia y otros varios europeos. Ban destacó a Estados Unidos por aportar unos 4.000 soldados, y a Cuba por brindar cientos de funcionarios médicos en la lucha contra la enfermedad.
El martes 18, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, urgió al Congreso legislativo a que apruebe fondos de emergencia por 6 180 millones de dólares, que solicitó el día 6 para contribuir a frenar el avance del ébola, y también para proteger a los ciudadanos estadounidenses. Ban espera que efectivamente los legisladores estadounidenses acojan la petición de Obama.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), los requisitos financieros generales se estiman en 988 millones de dólares, de los cuales ya se aportó el 60 por ciento. Además, también hay un fondo fiduciario, para el cual se han comprometido 58,7 millones de dólares.
Anthony Banbury, jefe de la Misión de las Naciones Unidas para la Respuesta de Emergencia al Ébola, dijo a la Asamblea General que este flagelo «es un enemigo de temer, y no ganaremos la batalla persiguiéndolo». La cantidad de muertos ya excede el «nefasto hito» de 5.000, principalmente en Liberia, Guinea y Sierra Leona, y es probable que el número real sea mucho más alto, agregó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa de unos 13 000 casos de ébola en ocho países: los tres más afectados del occidente de África más Estados Unidos, España, Malí, Nigeria y Senegal.
Mientras la crisis continúa, unos 3 300 niños han quedado huérfanos por culpa del virus, y los precios de los alimentos han aumentado en los tres países más azotados, donde también escuelas han cerrado sus puertas y comerciantes se niegan a colocar sus productos en el mercado.
En la cumbre anual del Grupo de los 20 (G-20) países industrializados y emergentes que tuvo lugar los días 15 y 16 de este mes en Brisbane, Australia, Ban dijo que «La proporción de nuevos casos da señales de estar enlenteciéndose en algunas de las partes más golpeadas de Liberia, Guinea y Sierra Leona. Pero mientras se reduce en un área, aumenta en otras».
Y la transmisión continúa superando a la respuesta, agregó en el cierre de la cumbre, que tuvo como anfitrión al primer ministro australiano Tony Abbott. El jefe de Estado urgió al G-20 a intensificar sus esfuerzos para poder «cumplir la meta de 70/70: aislar y tratar el 70 por ciento de todos los casos de ébola y dar entierro seguro y digno al 70 por ciento de aquellos que fallecen».
Abbott dijo que la comunidad internacional también debe abordar los impactos secundarios sobre la atención a la salud, la educación y la carestía de los alimentos causada por una alteración de la agricultura que podría provocar una importante crisis alimentaria que afectaría a un millón de personas en toda la región.
«Es importante que no aislemos más a estos tres países imponiendo restricciones a los viajes. Esto no impedirá la propagación del virus: simplemente dificultará nuestros esfuerzos por movilizar apoyo», sostuvo.
Según la OMS, hay evidencias de que la incidencia de casos ya no está aumentando en Guinea y Liberia, pero drásticos incrementos persisten en Sierra Leona.