Los hombres dedicados a la partería también han sido bienvenidos. Emmanuel es un partero de 26 años que trabaja en una de las ocho islas situadas frente a la sudoccidental península de Sierra Leona. Tarda una hora para llegar hasta allí en una lancha a motor desde Mattru Jong, capital del distrito de Bonthe, en la provincia Sur.
Emmanuel es uno de los primeros hombres dedicados a la partería en una de las Islas Tortuga. Facilita las visitas prenatales, atiende partos, se hace cargo de algunas enfermedades y, cuando es necesario, deriva pacientes al hospital.
Para atender las necesidades de planificación familiar y de servicios de salud sexual y reproductiva, el gobierno recurrió a las parteras tradicionales y las capacitó para que pudieran hacerse cargo de los partos en las localidades más alejadas. Gozan de gran respeto dentro de sus comunidades, en las que ejercen, y su opinión, consejos y conocimientos se toman en serio.
Hemos visitado una de las islas con representantes de la organización Marie Stopes, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y del Ministerio de Salud.
Algunas de las islas no tienen puerto, por lo que los visitantes, pero en especial las parteras que van a atender a los pacientes, deben abandonar la embarcación y caminar hasta tierra firme con sus pertenencias sobre sus cabezas para que no se mojen.
«La dificultad para las parteras es la falta de un barco. Para ser eficientes, se necesita una buena embarcación», nos dice Safiatu Foday, coordinadora de planificación familiar del UNFPA en Sierra Leona.
Con seis millones de habitantes y con mujeres cuya edad reproductiva va de los 15 a los 49 años, este país de África occidental ha rediseñado sus iniciativas sanitarias, trabajando incansablemente para fortalecer las capacidades de las parteras, un elemento esencial para reducir la mortalidad materna e infantil.
En la aldea
Emmanuel atiende una aldea insular con apenas unos cientos de residentes, la mayoría con familias extensas muchas de las cuales hace poco que han comenzado a frecuentar la unidad local de salud periférica (PHU). «Algunas personas no han salido nunca de la isla», observa Fadoy.
Algunas mujeres dicen que parieron entre 13 y 14 hijos antes de que Marie Stopes comenzara a trabajar allí. Marie Stopes es una organización británica que ofrece servicios de salud sexual y reproductiva, así como de planificación familiar, en más de 30 países. Su trabajo es apoyar las iniciativas estatales y llenar los vacíos en zonas de difícil acceso y a las que no llegan los servicios del gobierno.
Hay varias razones por las cuales las mujeres tienen un embarazo tras otro. Una de ellas comenta que temen ser abandonadas por sus esposos. Si no tienen relaciones sexuales, este las buscará en otro lado, por lo que no tienen más alternativa que quedar embarazadas. Además, muchas mujeres necesitan el consentimiento del marido para usar anticonceptivos.
«Estábamos todo el tiempo embarazadas, pero nuestros esposos nos abandonaban igual y teníamos que arreglárnosla solas para sobrevivir. Desde que la organización Marie Stopes llegó a la isla y tenemos anticonceptivos, podemos cuidarnos», cuenta Yeanga, de 33 años.
«Para mí fue un cambio , ahora sé como espaciar los nacimientos», añade Yeanga, quien tiene cinco hijos, el mayor de 25 años y el menor de tres. «Cuando quise consultar sobre la planificación familiar, mi esposo no estuvo de acuerdo, pero hablé con él y finalmente acordamos que comenzaría a usarla», relata.
«Antes de que llegaran las parteras cualificadas a la isla, solo había comadronas, pero los nacimientos daban muchos problemas», nos dice la enfermera Isatu Jalloh, de 28 años. Las complicaciones se debían a preeclampsia, fístulas obstétricas y otros problemas que podían llegar a causar la muerte de la madre.
Sierra Leona tiene una de las mayores tasas de mortalidad materna, con 857 fallecidas cada 100.000 nacidos vivos, e infantil, con 140 cada 1.000 nacidos vivos. Sin embargo, Jalloh cree que en esta isla los indicadores han disminuido gracias al trabajo de las parteras.
Planificar los nacimientos ha permitido a las mujeres de esta pequeña isla comenzar pequeños emprendimientos, y ahora son capaces de generar un ingreso para ellas y sus hijos.
¿Qué futuro?
En septiembre de 2015 vence el plazo para cumplir los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio establecidos en 2000. Entre ellos, el cinco incluye la reducción de la mortalidad materna en un 75 por ciento, respecto a las cifras de 1990, y el cuatro disminuir la mortalidad infantil en un 60 por ciento en el mismo lapso.
Dos metas que requieren de mejores servicios de planificación familiar.
El UNFPA y Marie Stopes ofrecen ayuda dentro de ese esfuerzo, además mandan parteras a localidades de difícil acceso, pero todavía quedan muchos desafíos. Con el brote del virus del Ébola, muchas parteras han sido evacuadas de inmediato, lo que deja a las pacientes, muchas de ellas embarazadas, sin la atención necesaria.
Sierra Leona tiene la posibilidad de mejorar sus servicios en materia de salud sexual y reproductiva mediante asociaciones como la que tiene con Health Coalition for All (coalición de salud para todos).
«Nos concentramos en información y seguimiento y tratamos de que los servicios estén disponibles, sean accesibles y asequibles y de que lleguen a sus beneficiarios», explica Al Hassane B. Kamara, gerente de programa de la coalición.
Al atender problemas como la falta de personal, la distribución de suministros y, lo más importante, el elevado coste de la atención médica, la coalición, con sede en Makeni, en la provincia Norte, ha desempeñado un papel fundamental en el acceso de las mujeres a la atención médica, en especial durante el embarazo.
Con programas como la Iniciativa Gratuita de Atención Médica, que permite a mujeres embarazadas, en periodo de amamantamiento y menores de cinco años acceder a servicios médicos gratuitos, Sierra Leona se esfuerza por atender las necesidades de planificación familiar y de salud sexual y reproductiva.