«Existe un riesgo real a que, en su reacción contra la violencia extremista, los líderes de opinión y responsables políticos pierdan de vista los principios más profundos que sustentan el sistema de seguridad global que se dieron los Estados hace 70 años para alejar el horror de la guerra» ha dicho el Alto Comisionado.
«La lucha contra el terrorismo es una lucha para defender los valores de la democracia y los derechos humanos no para socavarlos» ha añadido. «Operaciones antiterroristas no específicas, desproporcionadas, brutales y mal supervisadas violan las mismas normas que tratamos de defender. A la vez que proporcionan a los terroristas una herramienta de propaganda sin que nuestras sociedades sean ni más libres ni más seguras».
El uso de la tortura, el abandono del debido proceso y el castigo colectivo no hacen que el mundo sea más seguro, ha insistido el Alto Comisionado de la ONU, y se ha referido al ex presidente de Estados Unidos George W. Bush cuando dijo que Guantánamo se había convertido en «una herramienta de propaganda para nuestros enemigos.»
El discurso ante los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha tratado numerosos temas importantes para países y personas de todo el mundo, incluyendo las muchas formas de discriminación y odio racial y religioso.
«Estoy consternado por la creciente ola de ataques a las personas en todo el mundo basándose en sus creencias religiosas», ha dicho «... Seguimos observando horribles actos de odio racial y religioso, incluso en muchos países de Europa Occidental y América del Norte, así como la evidencia de actuaciones policiales injustas, insultos continuos y la exclusión .... Es obvio que la islamofobia, el antisemitismo y los ataques contra los cristianos y otros grupos debido a sus creencias son un reflejo de la misma intolerancia venenosa».
El Alto Comisionado se ha referido también a la falta de atención por los derechos económicos y sociales, así como a los problemas de pobreza, migración, cambio climático, y las causas fundamentales de la epidemia de Ébola.
Los tentáculos del movimiento extremista Takfiri llegan más allá de Irak y Siria, ha señalado, alcanzando Nigeria, Yemen, Libia, Somalia y más allá. Asimismo se ha mostrado profundamente preocupado por las medidas que restringen la libertad de expresión y el espacio democrático en numerosos países, entre ellos Armenia, Azerbaiyán, Bangladesh, Burundi, la República Democrática del Congo, Egipto, Hungría, Myanmar, el territorio palestino ocupado, la Federación Rusa, Arabia Saudita, Tanzania, Tailandia, Turquía, Venezuela y Vietnam.
«Cuando los líderes se sienten amenazados por un tweet, un blog, o por el discurso de un estudiante de secundaria, es que subyace una profunda debilidad», ha dicho. «Y cuando los escritores son secuestrados, encarcelado, azotado, o muertos; cuando los periodistas son asaltados, sometidos a violencia sexual, torturados y asesinados; Cuando los manifestantes pacíficos son disparados por matones; los abogados, defensores y activistas de derechos humanos son arrestados bajo falsas acusaciones de sedición; los periódicos son atacados o cerrados - se está atacando y socavando los cimientos de un gobierno estable».
Zeid Ra'ad Al Hussein ha lamentado la vuelta a la pena de muerte en Indonesia, Jordania y Pakistán, y así como su uso generalizado en China, Irak, Irán y Estados Unidos. También ha destacado la situación de los derechos humanos en la República Centroafricana, la República Popular Democrática de Corea, México, Sri Lanka, Sudán del Sur, Sudán y Ucrania, así como el enfoque adoptado por Australia hacia los migrantes irregulares y solicitantes de asilo.
El Alto Comisionado ha felicitado a Colombia y a Túnez por los importantes avances en los derechos humanos.
"Son los ciudadanos los que mantienen los gobiernos, crean prosperidad, curan, educan a los otros y pagan por los servicios gubernamentales y demás. Son sus luchas las que han creado y las que sostienen a los Estados. Los gobiernos existen para servir al pueblo y no a la inversa», ha dicho Zeid.