La resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Una cualidad que todos los representantes que han acudido hoy a la conferencia sobre la lucha contra el Ébola han querido destacar. Otras crisis vendrán, pero saber afrontarlas es clave, lo que se conoce como resiliencia. Según datos de la Comisión Europea, los casos de la enfermedad entre los países más afectados, Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry, han descendido y son menos del 10%.
No obstante, Mogherini ha subrayado que aún no se debe pensar que la crisis se ha dejado atrás, ha pedido reforzar el compromiso con la investigación y los países donde se ha encontrado el foco de contagio en África. «La experiencia nos ha enseñado que no deberíamos asumir que lo peor ha pasado, porque todos sabemos bien lo que es una enfermedad contagiosa y virulenta. Debemos reiterar nuestro compromiso de ofrecer el apoyo necesario para llegar a cero casos del brote», ha señalado la vicepresidenta de la Comisión Europea.
El comisario de Cooperación al Desarrollo, Neven Mimica, también ha señalado que la prioridad es mejorar los sistemas de salud capaces de luchar contra futuros brotes de la enfermedad. Asimismo, cree que sobre todo se necesita mayor financiación para ayudar en la recuperación económica de los países. Crisis como las del Ébola lastran aún más su crecimiento. En este sentido, la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, ha destacado que estos países necesitan «incluso un Plan Marshall» proveniente de la Unión Europea u otros Estados para que puedan luchar contra la enfermedad.
Pese a que los casos prácticamente no han aumentado, la Comisión Europea aún mira con preocupación que el número de contagios se haya estabilizado, en lugar de descender. De este modo, en el encuentro de hoy todos los presentes han coincidido en la necesidad de fortalecer la cooperación no sólo entre los países más afectados, también con los limítrofes. «La enfermedad no sabe de raza, sexo, ni fronteras», ha lamentado Jonhson-Lirneaf.
El último brote de la enfermedad fue en 2013. El virus, que nació en el Congo, país también invitado, y que recibe su nombre del río que lo baña, ha cercenado la vida de miles de personas del continente, esta vez en el África subsahariana. Ha dejado niños huérfanos, profesionales sanitarios que han muerto salvando vidas, y colegio cerrados.
«Ahora poco a poco, las escuelas se abren», ha señalado la presidente liberiana. Pero el miedo, el desconocimiento y la falta de formación se expandió del mismo modo que lo hacía la enfermedad. Por ello, la Comisión Europea insiste en la importancia de enseñar y explicar más cómo actuar ante el Ébola. Hasta la fecha, Bruselas ha comprometido desde el inicio de la crisis 1.200 millones de euros para la lucha contra el virus y la investigación de nuevos tratamientos.