Las emisiones de carbono, que suponen más de la mitad de nuestra demanda sobre la naturaleza, siguen empujando la huella de la humanidad por encima de la capacidad de regeneración de la naturaleza: el Día de la Sobrecapacidad (Earth Overshoot Day, en inglés) ha avanzado desde primeros de octubre en el año 2000 hasta el 13 de agosto este año. El año pasado sucedió 6 días más tarde, el 19 de agosto.
Los costes de este exceso de consumo sobre la naturaleza son cada vez más evidentess: deforestación, sequías, escasez de agua dulce, pérdida de suelos, pérdida de biodiversidad, aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera... Según datos del Informe Planeta Vivo 2014 de WWF, elaborado en colaboración con la GFN, la humanidad necesita en la actualidad 1,5 planetas para satisfacer nuestra demanda de recursos naturales. Si mantenemos esta tendencia, necesitaremos al menos 3 planetas para abastecernos en 2050. España también contribuye a ello: si toda la humanidad consumiese como los españoles, ya necesitaríamos el equivalente a 2 planetas.
Este «exceso ecológico» es posible, por ahora, porque la humanidad puede talar árboles a mayor velocidad que el tiempo que tardan en crecer, pescar más peces de los que los océanos pueden criar, o emitir más dióxido de carbono a la atmósfera de lo que los bosques y océanos pueden absorber.
La huella de carbono es la parte más importante de este «exceso ecológico» global, y la que más sigue aumentando la brecha entre nuestra demanda de recursos y la capacidad de la naturaleza para satisfacer esa demanda (biocapacidad). Para WWF, el acuerdo global que debería alcanzarse en París para acabar con el uso de combustibles fósiles es clave para frenar el crecimiento desmedido de la huella ecológica de la humanidad. En 2015, la absorción de gases de efecto invernadero requerirá del 85% de la biocapacidad del planeta. Según cálculos de la GFN, haría falta el doble de la biocapacidad actual de los bosques para absorber todo el carbono que emite la humanidad a la atmósfera.
Existen soluciones, según las organizaciones: hay que preservar el capital natural, producir mejor, consumir de manera más inteligente, reorientar los flujos financieros para que se valore la naturaleza, y realizar una gobernanza equitativa de recursos, midiendo el éxito de los países más allá del PIB.
Sólo así podrá mantenerse la huella ecológica de la humanidad dentro del presupuesto natural del Planeta, asegurando nuestro futuro y el de las próximas generaciones.