Viena no reconoció hasta pasados 40 años del final de la II Guerra Mundial, en 1991, su estrecha relación con Adolf Hitler y su partido, así como con el Holocausto, uno de los episodios más vergonzantes de nuestra historia reciente. Ahora, la fastuosa Orquesta Filarmónica de Viena hace lo propio y permite la publicación de los archivos que la vinculan con los nazis, así como numerosas biografías de músicos judíos que terminaron sus días en los campos de concentración del régimen.
La investigación, encargada por el propio director de la Filarmónica «por presiones mediáticas», ha dado pie a un estudio titulado 'Sombras del pasado. Los Filarmónicos de Viena en el Nacionalsocialismo'.
Cada Año Nuevo se refresca la admiración por una de las orquestas más famosas del mundo, porque el año amanece con los músicos vieneses en uno de los mayores espectáculos televisivos, el Concierto de Año Nuevo, que se retransmite en 80 países de todo el mundo y tiene una audiencia que ronda los 50 millones de espectadores.
Lo que no todos saben es que ese concierto fue un eficaz instrumento de propaganda y que ayudó a difundir la imagen de la capital austriaca deseada por Joseph Göbbels, y apoyada en las decisiones del compositor alemán Richard Strauss, Presidente de la Reichmusikkamer, y responsable de que todo el globo conozca «El Danubio azul», de otro Strauss, esta vez vienés, Johan Strauss II.
«Alemania no está dispuesta a permitir que las cuestiones artísticas pasen desapercibidas como lo hacían más o menos hasta el momento. Se está buscando con decisión nuevas formas y medios para darle un nuevo vigor a nuestra vida musical», pronunció Richard Strauss en 1933 durante la primera reunión del organismo encargado de la música alemana.
Y así lo hicieron.
Los historiadores han recuperado de los archivos de la Filarmónica de Viena la lista de receptores de medallas y reconocimientos que normalmente se dan a artistas pero que, como se confirmó, durante el régimen nazi se dieron a altos cargos políticos y militares.
En 1942, el reconocimiento fue para Baldur Von Schirach, gobernador de Viena que supervisaba la deportación de los judíos a campos de concentración y que en los juicios de Nüremberg fue condenado a 20 años de prisión. Pero en uno de los nuevos archivos de la Filarmónica, el historiador de la Universidad de Viena Oliver Rathkolb descubrió que el premio se entregó a Schirach en 1966, después de que el criminal de guerra saliera de prisión y 20 años después del final de la II Guerra Mundial.
Según el estudio, el anillo lo entregó Helmut Wobish, director de la Filarmónica entonces y antiguo miembro de las SS. El actual responsable de la orquesta, Clemen Hellsberg, en una entrevista para Reuters ha asegurado que «la orquesta tendrá que tomar alguna decisión democrática sobre si retirar o no los premios que se dieron a los nazis».
75 aniversario de el Anschluss
Este martes, 12 de marzo, Austria ha conmemorado con solemnidad el 75 aniversario de la anexión de la república alpina a la Alemania nazi, el «Anschluss», arranque de la expansión europea del dictador Adolf Hitler y mecha de la Segunda Guerra Mundial.
Para la fecha, el presidente austríaco, Heinz Fischer, y toda la cúpula del Estado han celebrado un acto en el antiguo Palacio Real de Viena. Fisher, asumiendo la responsabilidad histórica de su país ha recordado que «el 12 de marzo de 1938 fue el día de una gran catástrofe y vergüenza. Y es un día que nos acompaña hasta hoy».
Músicos en las SS
De la documentación publicada el lunes se extrae que de los 123 miembros de la orquesta, 60 eran miembros del partido nazi o habrían podido serlo en 1942. Dos de ellos pertenecían con seguridad a las SS.
En sus biografías se confirma que tras la guerra y durante el periodo de «desaparición» del nazismo, sólo cuatro fueron expulsados del país y otros seis se jubilaron. Sin embargo, el miembro de las SS, expulsado de Austria en 1945, pudo volver como trompeta de la orquesta en 1947. Mientras que de los 13 músicos expulsados entonces por su origen o vínculos con los judíos, se sabe que al menos 5 murieron en campos de concentración».
El director de la orquesta, Clemens Hellsberg, ha asegurado que encargó la investigación por las duras presiones mediáticas: «la Filarmónica ha trabajado calladamente sobre su historia durante décadas pero se ha dado cuenta de que en Internet tiene que hacer un relato apropiado de su historia», ha declarado.
«Durante mucho tiempo, la Filarmónica intentó mantener el control absoluto sobre su marca y su dirección, pero al final, fue tanta la presión política que la mejor solución fue abrirse a la colaboración», ha contado el historiador Fritz Truempi, uno de los expertos encargados de revisar y documentar el pasado de la orquesta.