Yvo de Boer, Secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) desde septiembre de 2006, ha anunciado su dimisión del cargo. Deja ese trabajo y deja la ONU para irse a la empresa privada como asesor de medio ambiente. Su experiencia es mucha y los estudiantes de las universidades con las que va a colaborar lo agradecerán, pero la lucha contra el cambio climático va de mal en peor.
De Boer, diplomático hijo de diplomático, ha dicho que su marcha de la ONU no tiene nada que ver con la Conferencia de Copenhague. «La decisión del señor De Boer se debe estrictamente a su futuro personal y profesional. La llevaba considerando hace tiempo y había informado al secretario general de que lo estaba pensando», ha dicho un portavoz.
A pesar de su habilidad negociadora, que llevó a 194 países a la mesa de negociación en Copenhague, no pudo contra la alianza de China y Estados Unidos los dos países que más contaminan en el mundo.
Es probable que su trabajo al frente del CMNUCC haya sido una frustración tras otra. En la Conferencia de Bali en 2007, perdió los nervios y se echó a llorar ante la negativa de las partes para negociar un tratado que ocupe el lugar del de Kioto cuando este deje de estar en vigor en 2012. Pero ha llegado 2010 y seguimos en el mismo sitio. Yvo de Boer no.
Desde 1994 ha trabajado en la lucha contra el cambio climático. Fue en el ministerio de Medio Ambiente holandés. Según ha confesado entonces no sabía nada del tema.
En 1997 participó en las conversaciones que la Unión Europea mantuvo para definir su postura ante el Protocolo de Kioto.
Hasta que abandone su cargo en julio seguirá preparando la conferencia de la ONU en Cancún. El pasado 20 de enero, señaló que los 15 o 20 países con los que ha hablado del tema no esperan que salga algún compromiso legal de la conferencia, todo lo más «conclusiones».