Los comisarios y su presidente han declarado con solemnidad y compromiso de llevar a cabo su labor de una manera independiente y buscando ante todo el beneficio para la Unión Europea. También han jurado no cumplir ni solicitar instrucciones de cualquier otra autoridad, emprender acciones que no sean compatibles con el cargo y asumir las obligaciones que conlleva este cargo durante hasta el final.
Este juramento se lleva a cabo desde que entró en vigor el Tratado de Lisboa, un documento que obliga a los comisarios también a asumir y respetar la Carta de los Derechos Fundamentales, y está recogido en el artículo 245 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Por tradición tiene lugar ante el Tribunal Europeo de Justicia en su sede de Luxemburgo en los primeros meses de mandato de la nueva Comisión Europea.
Juncker ha insistido en la importancia de este acto ya que es «un juramento de independencia y de respeto de nuestra Carta de los Derechos Fundamentales». Para el presidente de la Comisión se trata de un compromiso político por parte del Colegio para «garantizar el respeto de la Carta y su cumplimiento por todas las políticas de la UE de las que es responsable la Comisión». «No es una fruslería, porque no somos otra cosa sino nuestros valores» ha añadido.
Para concluir, el vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans, ha asegurado que trabajarán en beneficio de los europeos por lo que se centrarán en las grandes prioridades como son «el crecimiento, el empleo y las inversiones». También ha adelantado que promoverán «la auténtica cultura de los derechos fundamentales que se ha desarrollado en la UE, no para sustituir, sino para complementar los sistemas nacionales de derechos fundamentales».