Juncker ha aprovechado esta cita en Dublín para empezar a hacer campaña: «Los socialistas dicen que luchan contra el déficit, pero somos nosotros [los gobiernos del PPE] quienes lo hacemos». Antonio López-Isturiz, vicepresidente del PPE, ha criticado a Martin Schulz diciendo que en muchos casos ha actuado como socialista y no como representante europeo.
Con cierto retraso, y tras la declaración de los once primeros ministros populares de Europa, la sala de plenos se ha iluminado con la luz de pulseras azules. Pancartas de apoyo a Juncker y el abrazo de su rival han sellado la confianza del Partido Popular Europeo a su nuevo cabeza de lista. Juncker ha centrado su discurso en la necesidad de combatir el desempleo juvenil, en mejorar la competitividad y el crecimiento -para lo cual habría que «apoyar a las pymes»- y en preservar la paz y la estabilidad económica. Solo así se podrá «frenar el avance de los populismos», ha sentenciado.
Jean-Claude Juncker quiere que Europa resuelva sus «problemas reales» y que evite pensar en detalles «innecesarios, como los hábitos alimenticios de la gente». Ha prometido una política que tienda puentes entre la ciudadanía europea, que cree consenso y que no diferencie entre Norte y Sur. El desde hoy candidato a presidir el máximo órgano ejecutivo de Europa ofrece su entusiasmo, su experiencia y sus convicciones. También un mensaje unitario: «Juntos venceremos».
La intervención de Rajoy se ha centrado en la importancia de las elecciones europeas para el PPE -«nos jugamos mucho», ha dicho- y ha finalizado diciendo que lo que Europa quiere es «paz, convivencia, libertad, derechos humanos e integridad de los estados nacionales». La labor de Rajoy al frente del gobierno español ha sido elogiada por Durao Barroso, que ha recordado cómo España estaba al borde del rescate cuando Rajoy llegó al gobierno, que, gracias a sus reformas, no ha hecho falta y que hoy «España es una de las economías más dinámicas de Europa».
Aunque el presidente del gobierno ha asegurado estar «muy contento» por la elección de Juncker, nadie ha dado pistas sobre quién será el candidato que represente a España. De hecho, no ha sido hasta esta mañana que la delegación española ha recibido las instrucciones de a quién votar. Barnier gustaba a muchos eurodiputados, pero anoche Rajoy aprovechó la cena de líderes del PP Europeo para negociar y acabó decantándose por el candidato de Angela Merkel.
Antes de que se conociera el resultado, Bono, el líder de la banda irlandesa U2, ha subido al escenario. Durante 20 minutos de discurso -el más largo de todos los de este congreso-, el cantante ha dicho que «Europa es un pensamiento que ahora necesita sentimiento». Con esto se ha referido a la necesidad de colaboración real entre los europeos porque, según ha dicho, «todos necesitamos a Europa». A Rajoy le ha sugerido que cumpla con sus reformas y que garantice la liquidez; a los europeos les ha pedido que apoyen a España comprando sus productos, yendo allí de vacaciones... hasta se ha ofrecido a grabar un álbum de flamenco, idea que pronto ha rechazado.
Europeísmo, Ucrania y desempleo han sido los temas que más se han tratado durante estos dos días de mesas redondas, debates, ponencias y piscolabis. Yulia Timoschenko ha sido una de las protagonistas de este congreso y su discurso apelando a la ayuda de Europa ha sido muy aplaudido por los asistentes; esta mañana se ha reunido con Dolores de Cospedal.
El centro de congresos de Dublín recupera esta tarde su apacible ritmo tras el trasiego de sirenas de estos días. Ahora la batalla se traslada a Bruselas.