El exprimer ministro de Portugal, José Sócrates, ha entrado en prisión provisional en el penal de Évora, por peligro de perturbación en la investigación. Detenido desde el pasado viernes, el político socialista está acusado de delitos de fraude fiscal continuado, blanqueo de capitales y corrupción. Su abogado ha declarado que la medida es «injusta e injustificada» y que va a ser recurrida.
El penal de Évora, precisamente reformado durante su mandato, está destinado principalmente a funcionarios de policía y a personas empleadas o que hayan trabajado para las fuerzas y servicios de seguridad de Portugal, condiciones por las que requieren «protección especial». Con capacidad para 45 reclusos, el último presidente socialista ha sido internado en allí con el número 44, según ha desvelado la agencia de noticias Lusa.
«La imagen que transmitimos es que enviamos a un ex primer ministro a la cárcel y no precisamos siquiera por qué», lamentó el abogado Artur Marques, quien entiende que, a pesar de que el juez considera como única amenaza viable la perturbación, es algo difícil de entender porque la investigación dura ya un año y está sustentada en pruebas documentales.
El temor a que haya una alteración en la pesquisa es la causa de una decisión provisional muy mediática, ya que hasta hace tres años Sócrates era el jefe del Ejecutivo de Portugal. El periódico luso Público informó hace unos días que los investigadores del caso creen que el ex gobernante regresó a Lisboa (fue detenido en el aeropuerto tras volar desde París) sabiendo que sería arrestado a su llegada. En principio debería haber volado el jueves pero, tras hacer el chek-in, no tomó el avión. Sí lo hizo al día siguiente, cuando había cámaras de televisión para grabar la detención.
Junto a Sócrates fueron detenidos el empresario Carlos Santos Silva, el abogado Gonçalo Trindade Ferreira y su chófer, João Perna. El conductor y el empresario también están en prisión condicional, mientras que Ferreira no puede contactar con los otros detenidos ni abandonar el país, además de estar obligado a presentarse semanalmente ante el Tribunal Central de Instrucción Criminal.
Cae en su propia trampa
La ley de Blanqueamiento Fiscal, aprobada en el año 2008 durante el Gobierno de Sócrates, está en el origen de la detención del ex primer ministro. Las continuas transacciones que recibió el político, algunas por valor superior a 200.000 euros, llamaron la atención del sistema de información de la Caixa Geral de Depósitos, que tal y como obliga la ley dio cuenta de estos sospechosos movimiento al Ministerio Público. Hace más de un año que se investiga una trama que ha tomado el nombre de Operación Marqués y que, de momento, ha arrastrado a Sócrates a la cárcel de Évora.
La entrada en prisión se produce el día en el que la Asamblea portuguesa ha debatido y aprobado los presupuestos para 2015, los primeros 'postroika'. Pocos políticos han querido hacer declaraciones, aunque la impresión generalizada es de incógnita, ya que existen muchos interrogantes sobre el caso.
Por su parte, el líder socialista y alcalde de Lisboa, António Costa, ha insistido en separar los sentimientos personales de los asuntos relacionados con la Justicia, como ya hiciera el pasado sábado cuando envió un mensaje de móvil a los militantes del partido tras conocerse la detención de Sócrates. «Nada de esto afecta ni penaliza las firmes condiciones del Partido Socialista sobre los valores esenciales de un Estado democrático de derecho», ha afirmado Costa.