«El problema de Europa entra en una fase decisiva -dice Azumi- La pregunta es si los europeos pueden instalar un esquema capaz de apaciguar a todo el mundo. Hacemos un llamamiento para que lo haga cuanto antes».
Japón está al límite. Su moneda considerada valor de refugio para momentos de crisis no cesa de apreciarse y eso afecta de forma grave a las exportaciones reduciendo los ingresos de las empresas cuando tienen que convertir las divisas extranjeras a yenes.
Por otra parte, desde 2010 su economía está en profunda recesión, además intenta recuperarse de las consecuencias del terremoto y el posterior tsunami que provocaron un grave accidente nuclear.
La solución mañana, nunca mejor dicho. Todos los ojos están puestos en Europa y en las decisiones que tome este miércoles.