El 22M marca un momento histórico en el que la siempre presente brecha entre las zonas urbanas y rurales parece haberse extinguido. Solo la circunscripción de RoscommonSouth Leitrim ha votado no. Dublín Sureste encabeza el ranking de los votos a favor, con el 74,91%.
La unión del gobierno y de los partidos de la oposición ha sido determinante en la creación de una conciencia colectiva, necesaria para empujar a los votantes a las urnas. El fuerte respaldo de personas influyentes, como el ministro de Sanidad, ha servido a la normalización de la homosexualidad en la sociedad irlandesa.
Pero las redes sociales han sido la clave en este proceso. Estas son las que han conectado con el electorado más joven, que apenas ejerce su derecho a voto. Los grupos del sí han sido muy dinámicos con el uso de #hashtags, con explicaciones claras e iconografía atractiva. Algunas empresas han secundado estos esfuerzos significándose a favor de la igualdad. Muchos de los trabajadores de Twitter, por ejemplo, han salido en varias ocasiones para concienciar a los dublineses a pie de calle. Durante todo el día de ayer, una conocida marca de helados los regalaba a quienes habían votado sí.
Hay quienes dicen que este resultado es una revolución social en un país que ha madurado en muy poco tiempo en cuestiones sociales. Sin duda, es el reconocimiento de los derechos de muchos ciudadanos que, a partir de hoy, dejarán de ser irlandeses de segunda.