El instrumento de toma de decisiones más importante de estas plataformas es el de las peticiones en línea. En la era de las redes sociales, la posibilidad de lograr un impacto está a apenas unos clics de distancia.
Se pueden firmar fácilmente solicitudes ciudadanas ya existentes o lanzar una propia en un instante. Organizaciones como 38 Degrees, Avaaz, Causes, Care2 Petitions, Change.org, ipetitions o MoveOn, entre otras, se han propagado por el mundo y brindan la opción de iniciar una petición gratis. Incluso la Casa Blanca ha lanzado una iniciativa oficial de peticiones en línea, llamada We The People (Nosotros, el pueblo).
Dos grandes plataformas que principalmente brindan el servicio de todo tipo de acciones ciudadanas a través de Internet son Avaaz y Change.org, ambas creadas hace ocho años.
«La responsabilidad democrática está integrada en nuestro modelo. Aunque el equipo de Avaaz y sus partidarios sugieren campañas, cada una de ellas se somete a votación y a prueba con una muestra al azar de la comunidad de Avaaz», nos explica el portavoz del sitio, Aften Meltzer.
El monitoreo transparente del impacto de una campaña sobre cambio social puede ser la clave para lograr más influencia e ir más allá de solo crear conciencia, dice la activista.
Avaaz es una red democrática de más de 41 millones de miembros, que se fundó en Nueva York. En pocos años se ha convertido en un movimiento global. Dieciocho equipos en seis continentes lanzan campañas a todo el mundo, movilizando a los individuos para que participen en los procesos de toma de decisiones en los planos local, nacional o mundial.
Según su sitio web, desde su creación en 2007 Avaaz ha realizado más de 253 millones de acciones. Depende solamente de contribuciones individuales en línea de hasta 5.000 dólares.
Change.org es una iniciativa de Internet similar, con más de 113 millones de participantes y más de 13.000 acciones colectivas exitosas en 196 países. Funciona del mismo modo, dando a las personas la posibilidad de hacer una contribución participando en solicitudes en línea.
Sus fundadores describen su modelo empresarial como una mezcla de entidad sin fines de lucro y «startup» (nueva empresa) tecnológico. Se sustenta monetariamente gracias a usuarios y clientes organizacionales.
Algunos éxitos medibles
Las redes de Internet concitan mucha atención internacional. Avaaz ha recogido firmas en línea y enviado mensajes personales a integrantes de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, para reclamar una Agenda Europea sobre Migraciones.
Así fue como «450.000 miembros de la UE exigieron una acción urgente, y la petición fue entregada a la persona clave en la materia» del bloque, dice Meltzer. «Las voces de nuestros miembros fueron oídas, y la UE creó un acuerdo para potenciar su presupuesto de búsqueda y rescate y ofrecer acogida a más de 50.000 refugiados».
Otra petición de Avaaz logró que la firma de ropa Benetton indemnizara a las víctimas del grave accidente ocurrido en 2013 en la fábrica textil Rana Plaza en Bangladesh.
Change.org también brinda información sobre los puntos más importantes de su campaña. Por ejemplo, a partir de septiembre de 2016 la empresa de videojuegos EA Sports finalmente incluirá mujeres jugadoras en sus partidos de fútbol. La petición que condujo a este éxito fue iniciada hace tres años por la adolescente de 13 años Rebekah Araujo, fanática de ese deporte.
Otro caso de éxito fue la petición presentada en nombre de Jeff Mizanskey, quien había pasado 20 años en prisión y era el único hombre en Missouri que cumplía cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por delitos no violentos vinculados con la marihuana.
Gracias a la recojida de casi 400.000 firmas para una petición en línea iniciada por su hijo, el gobernador de Missouri, Jay Nixon, le concedió la clemencia el 28 de mayo de este año.
Sobre conciencia y transparencia
La firma de peticiones en línea es el instrumento más importante de estas organizaciones. En todo el mundo, personas normalmente no interconectadas pueden hacer una donación única, y organizaciones como Avaaz o Change.org tienen poca influencia sobre si los contribuyentes participarán en futuras campañas o no.
«La red no es tan laxa como puede parecer», dice Michael Allen Jones, subdirector gerente para América del Norte en Change.org.
No siempre se puede hacer un seguimiento del impacto de las peticiones en línea de manera confiable. Otras organizaciones o individuos trabajan también en temas sociales, por lo que es difícil determinar quién es el responsable de un cambio.
Jones, de Change.Org, nos dijo que «Hay muchas medidas para el éxito. La victoria es la más obvia, pero no todas las campañas ganan y eso no necesariamente significa que sean fracasos. Las campañas tienen el poder de influenciar una narrativa sobre un tema, introducir nuevos pensamientos y emociones en un debate y, por supuesto, subir el volumen en relación a cuestiones importantes para las comunidades marginadas».
Además de las peticiones en Internet, algunas plataformas también realizan campañas sobre el terreno. Mientras continúan ofreciendo la opción de participar en esas iniciativas y contar con un monitoreo confiable en cuanto al impacto, permiten transformar los proceso de toma de decisiones políticas a largo plazo.
Por supuesto, el objetivo final es que el activismo ciudadano trascienda el ámbito de Internet, y que movilice a las personas para involucrarse en sus comunidades y fuera del mundo digital.
El seguimiento efectivo y transparente que muestra el impacto de una petición en línea puede atraer a más ciudadanos y transformarla en un instrumento establecido de la democracia moderna.