El suicidio de un farmacéutico jubilado griego en la emblemática plaza Sintagma de Atenas, ha conmocionado a la sociedad helena y europea. Su desesperación ha sacado a la luz la difícil situación que sufren millones de personas en Europa a causa de la crisis. No sabemos mucho de Dimitris Christoulas, pero miles de griegos se han visto reflejados. en las notas manuscritas que guardaba en su bolsillo, en las que se leía «No puedo vivir en estas condiciones, me niego a buscar comida en la basura». Pocas horas antes que él, una jubilada italiana, Nunzia, se tiró por la ventana de su casa. Le acababan de reducir la pensión de jubilación. Grecia, Italia o España eran hasta hace poco los países con menos suicidios de la UE, pero en los últimos años han aumentado de forma alarmante.
Jean Valjean es uno de los pocos personajes literarios que tienen una referencia en Wikipedia. El protagonista de «Los Miserables» de Victor Hugo pasó 19 años en la cárcel por robar pan. Se dice que los trabajadores juntaban el dinero entre varios para comprar el libro que se publicó en tres tomos. Esta semana, el 3 de abril, se han cumplido 150 años de su publicación. Curiosamente el mismo año en el que se cumplen 200 del nacimiento de Charles Dickens, otro de los autores europeos que mejor reflejaron la cruda realidad de las capas más desfavorecidas de la sociedad en sus respectivos países.
Otro personaje de la literatura universal es Hamlet, príncipe de Dinamarca, con su célebre frase «To be or not to be». Así es como están un millón de daneses en estos momentos. Preguntándose si les interesa o no cobrar los planes de pensiones anticipados. El gobierno, a causa de la crisis, no solo va a alargar la edad de jubilación, sino que también va a reducir su aportación a esos planes. Los daneses tendrán que poner más dinero y durante un tiempo más largo. Los trabajadores que lo deseen, o que les interese, pueden retirar todo el dinero que han invertido de una sóla vez y libre de impuestos. El plazo durará hasta el 1 de octubre. Muchos ciudadanos están deshojando la margarita para saber si les es más rentable cobrarlo o aumentar su aportación.
Otro personaje, éste de carne y hueso, que ha protagonizado la semana es el presidente húngaro Pal Schmitt, que ha tenido que dimitir por haber plagiado una parte de su tesis doctoral sobre los juegos olímpicos. La universidad de Semmelweis ya le había retirado el título de doctor. Al parecer, Schmitt copió 197 de las 215 páginas de su tesis. Es decir que seguramente lo único que había añadido era el título y los agradecimientos. El resto de páginas debían ser las que recogían la bibliografía consultada.
El «skyline» de Londres cuenta con un nuevo rascacielos. Después de más de tres años de construcción, los operarios han colocado la punta del «Shard» («la esquirla») de 310 metros de altura. Los británicos tienen fama de euroescépticos convencidos, pero se vuelven muy europeístas cuando les interesa. Ahora se vanaglorian de que este edificio es el más alto de la Unión Europea.... porque los rusos les han quitado el honor de tener el rascacielos más alto de Europa. Ellos están construyendo la Torre Federación de Moscú, que tiene 50 metros más. (Por cierto, que esta misma semana sufría un espectacular incendio). El Shard, en forma de pirámide, es uno de los nuevos atractivos de la ciudad y está previsto que los cristales con los que está construido, reflejen el tiempo y las estaciones del año, con diversos colores. Estará listo en junio, coincidiendo con las celebraciones del 60 aniversario de la coronación de Isabel II y el inicio de los Juegos Olímpicos. Poco les va a durar el honor de tener el edificio más alto de la UE, porque los franceses tienen previsto un rascacielos de 320 metros para 2016.